Descuidados. Así es como lucen algunos de los puentes peatonales de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) que deberían generar confianza a los peatones para usarlos y no cruzar por debajo de ellos.En la metrópoli hay estructuras cuya pintura quedó recubierta por decenas de capas de grafiti colorido, o de plano ésta fue corroída por el tiempo, el clima y el abandono.Sin embargo, el olvido se aprecia más en aquellas láminas alzadas que, en lugar de conformar una superficie segura para el paso, se vuelven trampas que han hecho caer a muchas personas.Uno de ellos es el “puente amarillo”, que conecta a las colonias Lomas del Paraíso y Rancho Nuevo, en Guadalajara, cuya única protección es una malla red de metal que ya ha comenzado a doblarse.También están las estructuras que sólo existen. Así, sin propósito. Sólo están.Luego se encuentran los “puentes mercado”, que ya se engalanan con puestos en donde es posible comprar desde dulces y hasta piratería. Los que se encuentran en Periférico Sur, a la altura de estación del mismo nombre del Tren Ligero, son un ejemplo claro de este fenómeno de compras. Allí, los ambulantes ofrecen desde chicles, cigarros sueltos, accesorios para el celular y cortaúñas, hasta ropa y pantuflas según la temporada lo requiera.