El 31 de diciembre inició el novenario de misas y fiesta en el pueblo de Cajititlán en Tlajomulco de Zúñiga que ya ha reunido casi un millón de personas. Hace casi cuatro siglos que la tradición de festejar a los Reyes Magos fue instalada en el lugar y este año no fue la excepción. Desde antes de las 7 de la mañana, personas no solo del pueblo, sino de todo Jalisco, llegaron a la parroquia de los Santos Reyes donde se encuentran resguardados Melchor, Gaspar y Baltazar para festejarlos como desde hace 386 años.Algunas personas se caracterizaban como un Rey Mago más, otros llegaban descalzos y algunos más listos para danzar.Cerca de las 8:40 una banda y una danza arribaron al templo, donde 40 minutos más tarde cerraron la puerta para cambiar a los Reyes de vestuario. Mientras, la gente esperaba con ansias a que salieran para comenzar la procesión.Muchos acuden desde que eran niños, como don Ricardo quien lo hace desde los ocho años, hace 51. "Vengo los días 6 y 7 de enero, pero también el 27 de septiembre, que se conmemora que los encontraron debajo de la construcción (del templo)", dijo.Una vez que abrieron las puertas, pasadas las 9:30, hicieron sonar las campanadas, la banda comenzó a tocar y las danzas a bailar. Así inició la procesión que recorrió el pueblo.Por donde pasaban los Santos, había una alfombra roja, adornada con flores, en la que algunos de los casi 40 mil asistentes reportados por el municipio -hasta las tres de la tarde- se arrodillaban para que al pasar los Reyes encima les dieran su bendición.Unos por "manda", pero la mayoría por feEn cada cuadra cada uno de los Reyes se detenía debajo de una "granada" cada uno y de las que, segundos después, caería confeti.Luego de un par de horas de recorrido, Melchor, Gaspar y Baltazar llegaron al muelle de Cajititlán. Listos para subir a las lanchas, ya adornadas con globos, y pasear alrededor de la laguna. Las bandas y algunos asistentes que rentaron lanchas, pudieron acompañarlos por el recorrido de unas dos horas.Al bajar, otros tantos los esperaban para continuar su recorrido de vuelta a la parroquia nombrada en su honor, como Guillermina Juan Pedro, de 59 años y quien acude "desde que tengo uso de razón".Lo hace para visitar a los Santos, para comer algunos de los antojitos que venden en la feria que se instala y, sobre todo, para pedirles tener buena salud durante el año.El confeti y los globos no se hicieron esperar una vez que regresaron a su casa, mientras quienes se encontraban ahí aplaudían, gritaban y festejaban. Aunque al menos tres personas exigían el saneamiento de una laguna que ha sido víctima de la contaminación ocasionada por empresas y un bajo o nulo tratamiento de aguas.LS