Montserrat Cortés y su esposo son padres de un niño y dos niñas. Lograron consolidar su proyecto de familia desde que eran novios: desde entonces decidieron adoptar. Hace cuatro años llegó Gamaliel. Seis meses después lo hicieron Carolina y Ángela. Montserrat y su marido cuentan que consiguieron el aval de las autoridades luego de asistir a capacitaciones y pasar diversas pruebas que determinaron su capacidad para cuidar a los pequeños. “Es un proyecto muy lindo para toda persona que esté dispuesta a abrirse a la vida, a comenzar su familia, a crecerla. Aquellos papás que quieran certificarse para ser familia de adopción, deben comprender que tienen que estar capacitados y preparados para poder acompañar a chicos que quizá puedan tener traumas complejos, que vienen de situaciones difíciles, pero que también necesitan cariño”, compartió Montserrat. El año pasado se emitieron 153 sentencias de adopción, una cifra récord desde 2018. Y entre el 1 de enero y el 30 de abril de este año, ya van 55. De acuerdo con Tatiana Esther Anaya Zúñiga, consejera ciudadana del Consejo de la Judicatura del Estado de Jalisco, dichos resultados fueron posibles gracias a la llegada del nuevo Juzgado Especializado en Niñas, Niños y Adolescentes Bajo la Custodia del Estado, instalado en Ciudad Niñez, que permitió reducir los trámites burocráticos para agilizar los procesos y poder reunir a los infantes con nuevos núcleos familiares. Pese a estos números, aún hay dos mil 121 menores que esperan un hogar, pues actualmente se encuentran bajo “acogimiento residencial” en inmuebles a cargo del Estado. Algunos por enfrentar situaciones de violencia. Otros porque sus padres están en la cárcel o perdieron la guardia y custodia y no pueden quedarse con otros familiares cercanos. Según datos de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de Jalisco, proporcionados a través de Transparencia, en 2019 eran mil 300 los que habitaban dichas instalaciones. Este medio de comunicación buscó a la dependencia referida para preguntar a qué se debe el incremento y por qué sólo 70 pueden ser adoptados. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no respondió. La Procuraduría, a través de DIF Jalisco, informó que trabaja con los sistemas municipales para que de manera constante refuercen la sensibilización, concientización e importancia de adoptar en Jalisco, de modo que más menores tengan la posibilidad de integrarse a un hogar. Agregó que se cuenta con el sitio de internet https://vivirenfamilia.difjalisco.gob.mx/, el cual dispone de información para los interesados en adoptar. Elena González, presidenta del Frente Nacional por la Familia Capítulo Jalisco, lamentó que los procesos para adoptar sean complicados. “Por supuesto que hay que investigar a las personas que desean adoptar, ver las circunstancias en las que se encuentran, ver cómo viven, hacer estudios psicológicos, pero de repente sí se llega a caer en una burocracia exagerada. Los requisitos son excesivos para adoptar, tanto que muchos se quedan en el camino, decepcionados, desgastados y desanimados. Como Frente Nacional por la Familia, nosotros pediríamos un poco más de agilidad, ya que conocemos a muchas personas de buena voluntad que anhelan adoptar, pero todas estas circunstancias las hacen quedarse en el intento”, expresó. De acuerdo con el Gobierno estatal, en Jalisco se puede adoptar a niñas, niños y adolescentes; huérfanos de padre y madre; hijos de filiación desconocida; los declarados judicialmente como abandonados; y aquellos a cuyos padres o tutores se les haya sentenciado a la pérdida de la patria potestad o decidan cederla a terceros. Para obtener el certificado de idoneidad, los interesados deben presentar una solicitud en la que tienen que demostrar que están saludables y que tienen solvencia para acoger a un menor; ser sometidos a una valoración psicológica y socioeconómica, y también participar en un taller de cuatro sesiones semanales para conocer los aspectos psicosociales, administrativos y judiciales a propósito del cuidado, protección, crianza y desarrollo de los infantes por adoptar. Luego de conseguir el documento, sigue la asignación del menor de edad, un periodo de empatía y convivencia, supervisión de la autoridad con respecto al lapso de adaptación y otra etapa para concluir los trámites jurídicos y visitas regulares para observar los avances del vínculo. El DIF Nacional explica que la adopción es el medio por el cual los menores que por diversas causas han terminado el vínculo con su familia biológica, tienen la oportunidad de sumarse a otra en un ambiente armónico y luego de que los esfuerzos del Estado para reincorporarlos a su núcleo no dieran resultado. “Cuando este proceso no fuere posible, se analizará la posibilidad de integrarlos con su familia extensa (abuelos, tíos...) con la finalidad de que sean aquellas personas con las que tienen un lazo consanguíneo y de afecto preexistente, las que les proporcionen la atención y cuidados que necesitan”. Añade que “el menor adoptado se equipara al hijo consanguíneo para todos los efectos legales, tiene en la familia de los adoptantes los mismos derechos, deberes y obligaciones de un hijo biológico: alimentos, vestido, casa, educación, atención médica y derechos hereditarios”. CT