Patricio llegó con su esposa a un concurrido café de la calle Lope de Vega, entre Avenida López Cotilla y Avenida La Paz, en Guadalajara. Eran las diez de la mañana. El café estaba atestado, pero encontró estacionamiento frente al restaurante. Se bajó de su Gran Cherokee 2018, pero olvidó un objeto personal y regresó al vehículo. Justo ese momento aprovecharon dos asaltantes para quitarle su camioneta. Bastó que uno de ellos se descubriera la camisa y le mostrara una pistola clavada en la cintura.“Iba a desayunar, me bajé del carro, dejé algo, me regresé y ahí fue cuando vi a un sujeto acercarse con un arma de fuego, me hizo subirme otra vez a la camioneta. Me dijo: entrega las llaves, celular, cartera y bájate tranquilo”.Los hampones arrancaron el vehículo y se marcharon en calma. Pese a lo concurrido de la zona, la terraza del café llena, el paso de peatones, el grupo de mujeres que salían de su clase de yoga, nadie notó lo que acababa de vivir Patricio.Hasta que una mujer, la esposa de la víctima, comenzó a agitar los brazos, y entonces Patricio echó a correr para alcanzar a un par de policías tapatíos que por suerte pasaban por la zona. En segundos, explicó lo que ocurría y señaló hacia la esquina de Vallarta y Lope de Vega.La camioneta hurtada estaba detenida detrás de varios vehículos con el semáforo en rojo. En cualquier momento podía avanzar, virar a la izquierda y desaparecer a toda velocidad por la avenida.“Empezamos a correr detrás de los ladrones por Lope de Vega”, relató Patricio. “Como estaba en alto el semáforo en Lope de Vega esquina Vallarta, no pudieron avanzar, chocan el vehículo y es cuando se bajan corriendo. Yo me quedé a resguardar la camioneta y los dos oficiales se fueron detrás de ellos”, abundó Patricio.Los ladrones lograron huir. Su "modus operandi" es hacerse acompañar de algún auto, muchas veces de lujo para despistar, o una motocicleta que los escolta para cometer el hurto o huir si éste se frustra. Patricio perdió sólo su celular, cartera y reloj. Con la adrenalina aún a tope, destacó la labor de los oficiales tapatíos. Uno de los policías que frustró el asalto reconoció que el robo de autos en la zona es “cotidiano”. “El robo a transeúnte, a vehículo, es muy recurrente en esta zona” ¿El último caso similar al de Patricio?: el día de ayer. Las autoridades deben poner atención en la Colonia Arcos Vallarta de Guadalajara, en donde ocurrió el intento de hurto a Patricio.Este año se han suscitado 46 robos de vehículos en una colonia de alrededor de 50 manzanas, según la herramienta en línea Seguridad Map del Gobierno de Jalisco. La zona está aún lejos de la colonia Americana, en donde la incidencia se duplica.Sin embargo, la plataforma registra sólo aquellos robos en donde se presentó una denuncia. El caso de Patricio, por ejemplo, no se incluirá en esta estadística pues decidió no denunciar ya que el vehículo no fue robado.Las autoridades señalan que una forma de operar de los hampones es el uso de armas de fuego o punzocortantes, pero también buscan elementos para distraer a sus víctimas.“Incluso se hacen acompañar por mujeres jóvenes. Ella distrae al ciudadano, lo aborda, le saca plática o le pide dinero para el camión, es una forma de operar”, explicó un oficial. Demorarse demasiado para bajar del vehículo o distraerse con el celular son instantes que los ladrones aprovechan y que, a veces, pueden hacer toda la diferencia.JB