Cuatro hombres armados ingresaron al templo de Jesús María, en el Centro tapatío, le quitaron el micrófono al padre y lo amagaron junto al sacristán y a las ocho personas que estaban presentes en la misa de las ocho de la mañana.“Nos pusieron contra la pared, nos quitaron las pertenencias y nos amenazaron (diciendo) que si los volteábamos a ver, o llamábamos a la Policía, nos dispararían”, contó una de las víctimas, quien prefirió ofrecer su testimonio de manera anónima.Los afectados son, en su mayoría, adultos mayores. Los ladrones les quitaron relojes, carteras y collares. Luego huyeron del sitio, ubicado entre las calles Morelos y Contreras Medellín.La Policía de Guadalajara recibió el reporte a las 08:45 horas. Sin embargo, según los testigos, los agentes llegaron 20 minutos después del atraco.Una trabajadora de la zona afirmó que los robos son comunes en los alrededores de la iglesia. Dijo que los responsables de estos ilícitos son conocidos, pero no los denuncian por miedo.Antonio Gutiérrez, vocero del Arzobispado, aseguró que no es la primera vez que se documenta un asalto en un inmueble religioso. Debido a esta situación, han tomado medidas de prevención.“Ya no utilizamos vasos sagrados llamativos o costosos. Hemos puesto cámaras. Pero cuando los ladrones se disponen a robar, eso no tiene importancia, pues nosotros no podemos cerrar las puertas o tener policías por tranquilidad de la gente”, resaltó el sacerdote.El pasado 9 de septiembre, el alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro, reconoció los pendientes en seguridad y se comprometió a que en su segundo año de Gobierno todas las colonias del municipio contarán con al menos una patrulla.“Sabemos que la seguridad no está en torno sólo a más patrullas, pero lo mínimo que debemos ofrecer como autoridad municipal es la certeza de que en tu colonia tienes a alguien a quien acudir”, comentó Del Toro.