AnálisisGhi Sandro Arreola Rodríguez / Politólogo Así como todo lo que sube tiene que bajar, todo llega para el que sabe esperar. Consumado el plazo de registro para candidaturas municipales, la expectativa terminó dejando saldos y desilusiones. No hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla: está armado el tablero electoral de la ciudad. Llegó el momento, los partidos políticos registraron candidatas y candidatos en los municipios metropolitanos de Jalisco, en unas semanas pondrán en juego sus capitales para ganar las próximas elecciones. El requisito es pasar por las urnas, tienen ventaja quienes mantengan mejor estrategia, buena organización y sumen a su causa interesados e intereses. En democracia vence quien más electores persuada, quienes movilicen más personas el 2 de junio, gobernarán la vida de todas y todos en los próximos tres años. Nuestro estado será piedra angular en las elecciones nacionales. Tan solo en la ciudad (Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco y Tonalá) hay 3.6 millones de electores, esto representa poco más de la mitad del total de la elección en todo el Estado. No es ocurrencia que las candidatas y el candidato presidencial hayan comenzado sus campañas en este territorio, las elecciones también son números. Los lineamientos de paridad y rentabilidad dejaron fuera a algunos, aumentando la probabilidad de que las mujeres tengan la representación política que por años les fue negada. Los partidos tuvieron serias dificultades para cumplir con los criterios de igualdad sustantiva, en especial Morena y sus partidos aliados, quienes dejaron hasta el final la decisión y el registro de algunas candidaturas. Está claro que no fue fácil asignar género entre tantos partidos, así que las decisiones con criterios de paridad dejaron damnificados. MC no perdió tiempo en la selección de sus perfiles, decidió con anticipación que en Guadalajara y Tlaquepaque encabezan mujeres, siendo elegidas Verónica Delgadillo y Citlalli Amaya. Zapopan es para Juan José Frangie, en Tlajomulco va Gerardo Quirino y Francisco Arana por Tonalá. La coalición “Fuerza y Corazón por Jalisco” (PRI, PAN, PRD) postuló una mujer y cuatro hombres. Por Guadalajara va la ex dirigente estatal de Acción Nacional, Diana González. Los priistas Óscar Santos y Marcos Rosalío se quedaron con Zapopan y Tlajomulco. Tlaquepaque quedó para el panista Efraín Cortés y en Tonalá Oswaldo Bañales del PRI. Morena decidió hasta el final tres de los cinco municipios metropolitanos. Zapopan estuvo cantado desde el día que se anunció la Mega Alianza, la Dra. Claudia Sheinbaum influyó para que Kumamoto tenga una segunda oportunidad para gobernar Zapopan. Sin sorpresas en Tonalá, jugará la reelección Sergio Chávez. Horas antes del cierre del registro del 3 de marzo, morena sorprendió con la decisión de postular a Chema Martínez por Guadalajara, Laura Imelda en Tlaquepaque y Lulú Barrera por Tlajomulco. En MC y el PRIAN no hubo sorprendidos, jugarán quienes habían sido perfilados y perfiladas desde hace semanas, lo cual les da una ligera ventaja, pues tuvieron tiempo de articular de mejor manera las planillas de regidores, consensando acuerdos para incluir perfiles que sumen votos y aporten a la campaña. La coalición que encabeza morena enfrenta problemas serios, con el tiempo encima no logró registrar planillas completas ni ciertos municipios. Para muestra la prórroga de dos días que otorgó un acuerdo del Consejo Electoral del IEPC, por orden judicial de la Sala Regional del Tribunal Electoral. Tres proyectos están en juego, dos en franca contienda (MC contra coalición de cinco partidos encabezados por morena) y uno expectante tratando de salvarse (PRI, PAN, PRD). Tlaquepaque seguirá gobernado por una mujer, mientras que en Guadalajara y Tlajomulco hay un cincuenta por ciento de probabilidad de que también gobiernen, aunque con menos expectativa de triunfo en el segundo caso, ya que el posicionamiento del candidato de MC es mayor y cuenta con una maquinaria electoral que se aceita desde el gobierno. En Zapopan y Tonalá los partidos levantaron muro a la paridad, ya que la contienda se decidirá entre hombres. MC tiene a su favor gobiernos que le permiten tener una estructura electoral con experiencia y recursos; sin embargo, juega en su contra el desgaste de la marca por los saldos de sus gobiernos. La coalición de Morena, Partido Verde, PT, Hagamos y Futuro tiene a su favor un despliegue amplio y plural, rostros y agendas diversas, una candidata presidencial con ventaja y una marca de partido que cuenta con amplia aceptación en sectores populares. MC no titubeó ni dudó en elegir aspirantes bien posicionados, por primera vez jugarán sin Alfaro y están divididos. Sólo dos de sus candidatas y candidatos en la ciudad son alfaristas (Verónica Delgadillo en Guadalajara y Quirino Velázquez en Tlajomulco), Pablo Lemus se quedó con uno (Juan José Frangie en Zapopan) y en Tlaquepaque y Tonalá se dio oportunidad a grupos muy locales. Una vez que el tablero quedó listo, las máquinas de apuestas están abiertas para aquellos y aquellas que participan en los partidos políticos o tienen intereses en los poderes. La claridad de las definiciones da prospectiva para quienes no obtuvieron nada, ahora decidirán en quien confiar y con tal o cual candidata o candidato comparten sus intereses para llegar a acuerdos que les posicione en los gobiernos. Tras las decisiones, hubo desilusiones. No será hasta el cierre de la jornada electoral y con los resultados escritos en las sábanas, que sabremos el peso que tuvieron estas en el triunfo o la derrota. A pesar de haber decidido con tiempo, MC enfrenta un desanimo en muchos de sus liderazgos. Como muestra, la molestia de María Elena Limón por supuestas imposiciones en la planilla de Tlaquepaque. También entregar Tonalá a un ex priista no cayó muy bien y la falta de espacios en la lista plurinominal de diputados federales para el grupo Jalisco dejó mal sabor de boca. La mayor desilusión la lleva consigo Alfaro, sus últimas declaraciones sobre el camino que tomó su partido confirman su molestia, queda claro que no pondrá su estructura al servicio de Pablo Lemus, quien ha preferido marcar su distancia y lanzarse solo, en lo que parece una jugada arriesgada. En el caso de Morena y los partidos que le acompañan en la mega alianza, los saldos de las decisiones parecen ser más graves. Días antes del cierre de registros, militantes del ala dura irrumpieron en las instalaciones del partido para reclamar a la dirigencia el reparto de candidaturas. Por si fuera poco, y contra todo pronóstico, dejaron fuera de la jugada al Dr. Carlos Lomelí, quien esperaba colocar por lo menos una de sus dos cartas fuertes para la ciudad. La decisión de entregar a “Chema” Martínez Guadalajara y a Laura Imelda Tlaquepaque, dejó colgadas las aspiraciones de María Padilla y Erika Pérez, la dirigencia le cerró la posibilidad al doctor de que su grupo gobernara algo en la ciudad. Sin margen ni opciones, no titubeó en replegarse al hacer un acuerdo con la candidata a gobernadora, Claudia Delgadillo. Suena fuerte la idea de que liderazgos de peso en Morena no le van a entrar a las campañas municipales, pero sí a las estatales y federales. La paridad en el poder avanza, si las preferencias electorales que muestran las encuestas se mantienen, México tendrá su primera Presidenta de la República. En el Estado la posibilidad de que haya una gobernadora se quedó a medias, aunque es casi seguro que en el Congreso haya una mayoría de mujeres como en la actual Legislatura. CT