Alentar el abstencionismo es parte de las estrategias que benefician a algunos actores políticos en el país. José Antonio Elvira de la Torre, integrante del Observatorio Político Electoral de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicó que una baja participación en los comicios les permite a sus estructuras tener mayor peso.“Entre menos personas asistan a votar, influye más a su estructura de respaldo, principalmente en los casos de partidos que encabezan administraciones”, comentó.El especialista consideró que no se puede vaticinar el porcentaje de participación en la próxima jornada electoral en la Entidad, pero dijo esperar que se alcance un promedio nacional por arriba del 50 por ciento.Recordó que en las elecciones intermedias se registra una menor participación que en las sexenales (en las que se elige al Presidente de México). En 2003, 2009 y 2015 la abstención estuvo entre 46% y 49 por ciento. Armando Zacarías Castillo, jefe del Departamento de Estudios Políticos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), subrayó la importancia de participar en el proceso electoral.Argumentó que sólo a través de la emisión de voto se fortalece el funcionamiento del sistema democrático y en caso de no hacerlo se disminuye la presencia de la voluntad del ciudadano y la expresión de su evaluación.“Votar es uno de los pocos momentos en los que el ciudadano evalúa el sistema administrativo y político que lo está dirigiendo, por eso se debe alentar a todos los ciudadanos a que tengan una participación activa y que voten porque solamente con eso se puede lograr el fortalecimiento del sistema político en el que vivimos”.Mónica Montaño Reyes, coordinadora del Observatorio Político Electoral, destacó el papel que a nivel nacional tendrán 3.5 millones de jóvenes entre 18 y 19 años que podrán votar por primera vez. Acentuó que los electores menores de 30 años pueden marcar diferencia, pues son los que suelen variar más sus preferencias.