Si el PRI define que Eduardo Almaguer será su candidato por el Gobierno del Estado en 2018, la elección “está ganada”, subraya el ex fiscal, quien hace énfasis en que no le importa si hay una conformación local del Frente Ciudadano por México (MC-PAN-PRD). “Lo que sus líderes sin ideología busquen me tiene sin cuidado. Soy alguien que, cuando me casé a los 21 años, vendía bolillos en las tiendas y en las casas… y ese joven será gobernador”.Se reconoce como un político que ha crecido en la estructura priista desde sus bases, lo cual remarca su cultura del esfuerzo. También afirma que hay unión en el tricolor para avanzar en la elección interna; incluso, recuerda las reuniones que ha sostenido con piezas claves, como Arturo Zamora, quien forma parte de su vida académica y a quien respeta “profundamente”. Ya sin tantas presiones tras dejar la Fiscalía, habló de amigos y enemigos, del poder y la corrupción, de la política. De la traición. Y mientras resaltó que en la política encontró a un gran amigo, Aristóteles Sandoval, expresó que Enrique Peña Nieto es un “gran Presidente” por sus reformas estructurales, pero hay fallas en la forma de comunicarlas. Sobre Enrique Alfaro, lo respeta “hasta hoy”, pero no coincide con su forma de avanzar en la política ni ejercer la administración pública.Anticipa una promesa inédita para la campaña: rescatar a las familias que viven en los guetos en el Sur de Tlajomulco y Norte de Zapopan: “Es no sólo no entregar permisos para esos guetos donde la gente sobrevive de manera terrible… una decisión importante sería cerrarlos, recuperarle a la gente lo que ha pagado y reestructurar ese tipo de desarrollos que no permiten la llegada de servicios”.Sobre transporte público le apuesta a la consolidación del Peribús y la ruta empresa. “Más que apostar a un Tren Ligero a Tlajomulco o Tonalá estaría apostando, con expertos y la sociedad, a revisar qué hacemos con esos guetos y desarrollos inmobiliarios de corrupción, donde la gente engañada sobrevive”.Aunque Almaguer aún no admite públicamente que tiene el apoyo del gobernador para contender por la gubernatura —afirma que “es un tema que sólo a él le compete asegurarlo”—, sí reconoce al jefe del Ejecutivo como uno de sus pocos amigos reales en el servicio público. “¿Me ves que me lo pensé? Me lo pensé mucho en decirlo”, afirma tras una larga pausa después que se le pregunta sobre sus mejores amistades. Éstas, dice, son pocas. “Pero yo encontré en los últimos años a un gran amigo que se llama Aristóteles, y se apellida Sandoval”.—Sobre la fotografía que recientemente se tomaron usted y otros secretarios y aspirantes a candidaturas del PRI, hay personajes ausentes. ¿Hay una división en el PRI con miras al 2018? No está Arturo Zamora.—No hay división en el PRI. Hay una figura política muy importante ganada a pulso en su liderazgo que es el gobernador, Aristóteles Sandoval, y otra figura también muy importante en el priismo nacional que es Arturo Zamora. Lo que procesamos es la suma de estas fuerzas y muchas figuras de liderazgos territoriales y sectoriales del PRI, que nos permitan entender que más allá del interés partidista hay un interés social. Sobre esta comida: por supuesto que tenemos derecho a reunirnos a platicar, y seguramente en los próximos días estaremos reuniéndonos con otros personajes o nos invitarán, entre otros, el senador Arturo Zamora. En esta ocasión nos reunimos para platicar, reflexionar, y con un ánimo de buscar condiciones para generar unidad. —Usted se destapa, Héctor Pizano dice que no se le descarte a él, Zamora está en suspenso y hasta Miguel Castro declara que tampoco lo descarten… ¿Habrá un candidato de unidad en el PRI?—En el PRI hay y habrá unidad. Yo siempre he hecho política de manera clara y directa. Y no voy a engañar a nadie: tengo una aspiración y buscaré la candidatura al Gobierno del Estado, pero siempre seré un factor de unidad y de suma, no de división o discrepancia. En estos 29 años he vivido derrotas, triunfos, he sido dirigente... es decir: conozco al PRI perfectamente y siempre estaré abonando para esa unidad. —¿El gobernador lo apoya?—Por supuesto que el gobernador tiene amplias coincidencias, y yo con él, en la visión del ejercicio público y en el tema de partido. No puedo decir que el gobernador me apoye porque es un tema que a él le corresponderá en su ámbito personal (asegurar). —Si Arturo Zamora fue su maestro… ¿El alumno puede vencerlo en la interna?—Tengo una extraordinaria relación personal con él, que pocos conocen. Hay simpatía y empatía. En materia institucional le tengo respeto y reconocimiento porque él fue candidato a gobernador, se recuperó de una derrota, contendió de manera digna para un distrito federal, ganó y se posicionó en el Congreso federal. Lo mismo para el Senado y hoy en el priismo nacional. —¿Cuándo platicó por última vez con él? ¿De qué conversaron?—Mañana (hoy) se cumplen 15 días. Platicamos de una gran empatía que hay, que él se siente muy a gusto con mi aspiración, motivado. —Si el Presidente Enrique Peña Nieto dice que va Zamora a la candidatura, ¿qué tanto sacude la base local del priismo? —Nunca he hecho política en ese esquema: que alguien diga. Hoy los partidos y sus dirigentes necesitan voltear a lo que da fuerza al partido: la militancia. Escuchar, ver y observar y, después, mostrar un apoyo en la intención de contender. Estoy cierto que las fuerzas políticas locales y nacionales del PRI estamos en un proceso de poder tener un camino donde podamos sumar todas las fuerzas, reconociendo que la conducción del proceso para la gubernatura la lleva a cabo el Comité Ejecutivo Nacional.—¿Cuál es su proyecto político?—Primero, si logro la candidatura del PRI, no tengo la menor duda de que voy a ganar la gubernatura. El primer argumento es que soy una gente que, en mis cargos y en el ejercicio político, me he manejado con mucha claridad, transparencia y honestidad. Conmigo no hay nada oculto. Segundo: tengo una visión muy clara de mi Estado, de sus regiones, de los avances tan importantes que ha tenido este ejercicio de Gobierno y también tengo muy claro de lo que hace falta para consolidar este desarrollo en el Estado. —¿Cuáles serían sus grandes apuestas para ofrecer a la población?—Lo que le plantearía directo a los jaliscienses es consolidar los avances en materia económica, que en Jalisco es evidente su liderazgo; mantener y mejorar los temas de austeridad y eficiencia en el gasto público, y lo que nos hace falta para cerrar un círculo virtuoso: la estabilidad y seguridad en materia de prevención y seguridad ciudadana: el tema de adicciones, violencia y seguridad jurídica. Voy a decir algo que nunca se platicó: como nunca, en la Fiscalía renovamos, mejoramos toda la infraestructura y materiales de trabajo con el mismo presupuesto. Le realizaron 17 auditorías, entre federales y estatales, y todas las sacamos perfectas. Estoy convencido que un ejercicio transparente y eficiente del gasto público da extraordinarios resultados. —Es previsible que en campaña se le criticará sobre los indicadores de inseguridad y que nunca ha encabezado una administración pública… —Tengo la experiencia en administración desde que fui regidor, secretario del Trabajo y fiscal, donde administré cerca de 20 mil millones de pesos y 12 mil colaboradores. Sobre los índices de inseguridad, habría que preguntar la parte que corresponde a las facultades de los municipios, al Poder Judicial, al Gobierno federal… yo me quedo con lo que corresponde a la Fiscalía. En Jalisco logramos contener el avance del grupo delictivo más poderoso del país y de Latinoamérica. La Fiscalía, lamentablemente, tuvo bajas, pero el crimen organizado tuvo muchas más que nosotros. Donde hubo necesidad de confrontar, (los delincuentes) fueron abatidos. En mi ejercicio, poco más de 800 servidores públicos fueron dados de baja, 300 de ellos consignados… hay un ejercicio que puede medirse de manera clara y dejamos bases para resolver problemas que se habían heredado y que nadie quiso tocar. —¿Cómo le ganarán a Enrique Alfaro, puntero en las encuestas?—Faltan ocho meses para la elección. La sociedad no ve en quién tener la esperanza o reflejar lo que no les gusta de este actor político, que además tiene casi ocho años en campaña. Por lógica debe tener ese puntaje. Estoy seguro de que en 2018, el PRI, gracias al buen Gobierno de Aristóteles Sandoval, a un proceso de unidad y a una propuesta muy clara a los ciudadanos, refrendará su triunfo en Jalisco. —Pero si se consolida un frente entre MC, PAN y PRD se le complica más el escenario al PRI…—Nunca he creído en la fatalidad del destino. Ese es un frente de políticos y, si cuentas sus militancias, no llegan ni al 5% del frente real de los ciudadanos. Con quien la gente conecte y se sienta representada, ten la seguridad de que con frente, sin frente o desenfrentados, no alcanzarán la victoria.A este actor político (Alfaro) se le va a ganar con votos de los ciudadanos libres, de aquellos que no se van con la finta de las fotos ni de lo que se dice de acuerdo con el gusto en las redes. ¿Cómo? Casilla por casilla, con candidatos y candidatas honestas. —¿Entonces no le quita el sueño Alfaro ni el frente opositor? —No. Yo debo preocuparme y ocuparme de lo nuestro. Tengo algo a mi favor que no tienen estos actores políticos: yo no ambiciono el poder para mi beneficio ni por otros intereses.