Un equipo multidisciplinario de doctores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, ofrecen nueva oportunidad de vida para dos madres de familia con enfermedad renal.Las dos son madres de familia, y son consideradas casos especiales debido a su condición. Se trata de Xóchitl Marisol Romero Espinoza de 32 años quien hace un mes, después de 11 años de espera, fue trasplantada de riñón en el Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco.La otra paciente es María López Méndez, de 43 años, quien está próxima a ser trasplantada según los resultados de compatibilidad que obtenga con su donador vivo relacionado, afirmó el titular de la División de Nefrología y Trasplantes del nosocomio, Eduardo González Espinoza.Explicó que Xóchitl ha evolucionado favorablemente del trasplante en el cual su donador fue su marido. La enfermedad renal que le aquejó se presentó de manera secundaria al desarrollo de preclampsia y eclampsia en el 2008 durante su tercer embarazo."La preclampsia y eclampsia, son condiciones que incluso pueden llevar a la mujer embarazada a falla orgánica, también a daño muy severo en los riñones, como causa secundaria pueden debutar con enfermedad renal", afirmó.Marisol dio a conocer decidió continuar con su embarazo hasta donde fue posible, pero debido a incompatibilidad sanguínea su bebé nació prematuramente, con seis meses de edad gestacional."A raíz del embarazo se me subía muchísimo la presión, siempre la tenía altísima y eso dañó mis riñones, que yo sepa no tengo antecedentes de enfermedad renal, y a pesar de que los médicos me decían que era mucho riesgo tener al bebé, decidí continuar hasta que me fue posible", refirió."Yo me cuidaba muchísimo, es más ni me levantaba, imagínate el miedo que tenía a perderlo sabiendo que estaba enferma, y en tratamiento, pero gracias a Dios y a los médicos mi bebé nació sano y a las 40 semanas de gestación", expresó Marisol.Sin esperarlo, dos años después y estando en hemodiálisis Marisol resultó embarazada de nuevo, por lo que los médicos procedieron a ajustar su tratamiento en cuestión de dosis y fármacos a fin de preservar la vida de ambos, refirió el doctor González Espinoza.Destacó que el manejo de una paciente embarazada con nefropatía en términos de incidencia, requiere de un tratamiento multidisciplinario en coordinación con el Ginecoobstetra y también una vigilancia extrema porque ahora tenemos la misión de salvar dos vidas, la de la mamá y la del bebé.En el caso de María López Méndez, el doctor González Espinoza espera que próximamente pueda ser trasplantada, refirió que la paciente fue diagnosticada hace dos años con enfermedad renal crónica secundaria a hipertensión arterial."Es muy frecuente la hipertensión arterial, es más se podía decir que prácticamente todos los pacientes nefrópatas la padecen, pero aquí en el caso de María fue primero la presión arterial elevada y después el daño renal, por lo que ha sido necesario a la par de su tratamiento de diálisis peritoneal, controlar sus niveles de hipertensión", subrayó.María admitió que su hipertensión arterial surgió hace varios años la cual nunca controló, y refiere que un detonante muy importante fue el estrés excesivo que en aquel entonces la sometía."En ese momento yo me hacía cargo de mis tres hijos, doblaba turnos, casi no tenía descansos en el trabajo y la verdad el tener que dejarlos solos o más bien encargados para poder trabajar y no tener el tiempo para estar con ellos y cuidarlos, me estresaba demasiado", relató.Señaló que ahora se mantiene tranquila a pesar de su condición, apoyada por su esposo, sus hijos de 25, 23 y 21 años de edad y sus nietos. Añadió que su preocupación como madre es que sus hijos no desarrollen presión arterial anormal que pueda derivar como en su caso en una enfermedad renal crónica.A pesar de la espera que debe guardar para conocer si próximamente será al fin trasplantada, María se mantiene tranquila y abierta a las posibilidades que surjan. No obstante, su tranquilidad proviene que sus hijos son ya mayores de edad.NM