El acoso y el hostigamiento sexual han tenido históricamente en Jalisco y en el mundo la función de desalentar la presencia de las mujeres en el espacio público, explicó Guadalupe Ramos Ponce, coordinadora del Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem)."Las mujeres fuimos confinadas al espacio privado, al ámbito doméstico, y los hombres al espacio público, al ejercicio de gobierno, a trabajar y estudiar. Cuando las mujeres irrumpen en el espacio público en trabajos, escuelas, en las calles de distintas maneras, la forma de desalentarlas es a través del acoso y del hostigamiento sexual y laboral. Es una forma de decirles tú no perteneces aquí, vete porque vas a estar viviendo estas violencias". Explicó que es incluso también una forma de violencia para la mujer "el hecho de que no haya un número importante de detenidos y de sentencias, de resoluciones en torno a esto porque la justicia en México no lo toma en serio como algo que sea sancionable, algo que pueda constituir delito."Cuando hacemos un análisis de las violencias contra las mujeres, lo último en tener jurisprudencia es el acoso y el hostigamiento sexual. Los propios jueces y el propio aparato de justicia consideran que no es una conducta sancionable, seguramente porque ellos también la cometen".La experta y activista Guadalupe Ramos Ponce señaló que para frenar el acoso sexual se debe de recordar que es un delito y por lo tanto no debe tolerarse."El combate al acoso sexual queda en simulación porque la normativa en sí misma no basta, no es suficiente sobre todo cuando se trata de un tipo de violencia tan normalizada, tan naturalizada socialmente, que habría que buscar primero su deslegitimación social y no solamente la jurídica".Dijo que “se debe de dar a conocer a quienes cometen esas conductas que no solamente son sancionables administrativamente, sino que es un delito y quienes cometen delitos son delincuentes”. Hay que desmitificar, refirió, que es parte de un hombre mexicano ser así, porque no es una forma de ser, ni una enfermedad, sino que “es una conducta delictiva”.Tanto mujeres que han sufrido acoso sexual en la calle, como colectivos coincidieron en que la autoridad falla en difundir que es un delito y que no se va a a tolerar a quienes lo cometan.Hacer campañas señalando las penas para los acosadores haría que aumente la cultura de denuncia y sobre todo que se castigue a los responsables, opinaron.La especialista Guadalupe Ramos dijo que “no se le da difusión a las mujeres sobre el tema. Quienes viven esa violencia cotidianamente en la calle ni siquiera saben que existe esa normativa, no saben que es una conducta sancionable y lo siguen padeciendo y sufriendo sin que conozcan que tienen esas herramientas para denunciar”.“No sabía que podía denunciar, siempre trataba sólo de librar el día sin que me acosaran o llegar a mi casa y tratar de olvidar lo que me gritan en la calle los hombres, pero creo que nadie del Gobierno te aconseja cómo actuar en ese momento”, dijo Claudia.La experta añadió que deberían hacerse campañas donde se les recuerde a las mujeres que tienen derecho a ser respetadas y denunciar, pero que no se les culpabilice.“Ha habido algunas campañas donde hasta les dicen a las mujeres que se vistan de tal manera, que vayan acompañadas, que denuncien y no dirigen esas campañas a quienes violentan para advertirles que esa conducta que realizan es sancionable”.