Si una pila se tira a la basura común, los compuestos en su interior pueden derramarse y mezclarse con otros lixiviados (jugos de basura). El problema son las sustancias tóxicas que pueden contaminar los mantos freáticos.Pese a ello, los municipios metropolitanos han descuidado la recolección de estos residuos de manejo especial. Sólo Guadalajara cuenta con depósitos adecuados y permanentes para depositarlas; sin embargo, ninguna localidad tiene campañas informativas.Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco no tienen depósitos aún; Tonalá tiene como centro de acopio provisional la Dirección de Gestión Ambiental, Cambio Climático y Sustentabilidad.De acuerdo con el más reciente informe de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), cada habitante del país genera 307 gramos de pilas al año.Entre 2006 y 2012 se generaron 34 mil 122 toneladas de pilas en México, provenientes de mil 534 millones de piezas comercializadas.El informe añade que aunque no hay casos documentados de efectos directos de las pilas sobre la salud, sí hay evidencia de que ciertas sustancias pueden causar daños de consideración.