Carlos, Perla, Daniel, Lucero, Pablo, Brenda, Alfredo, Alma, Jesús, Wendy, y una lista innumerable más de nombres plasmados en decenas de fichas de búsqueda, que una a una eran colocadas sobre el presbiterio del Santuario de los Mártires de Cristo Rey, a los pies del altar donde este domingo se desarrolló la misa anual por las y los desaparecidos de Jalisco.Todos los barandales dentro del Santuario también estuvieron enmarcados por los rostros de decenas de hombres y mujeres quienes son buscados incansablemente por sus familias.Durante el sermón el cardenal Francisco Robles Ortega, quien ofreció esta misa, instó a las familias a no perder la fe en Dios y en que sus seres queridos habrán de ser encontrados, y les pidió que sigan unidas en su lucha.“Hay circunstancias en la vida que son tan trágicas, tan dolorosas, que pueden llevarnos a decir, ¿Y dónde estás tú, Jesús? ¿Por qué no respondes? ¿Por qué no bajas la cara ante esta persona que te está pidiendo? Y es posible que nos sintamos pendados de ya no creer, de ya no vivir. Sepamos que aunque fallen, todas las circunstancias, todos los recursos y todas las personas que tienen que ver en la solución de nuestros problemas, debemos nosotros de saber que Jesús no nos falla, que Él está, que Él comparte, que Él sabe del dolor injustamente llevado”, manifestó Robles Ortega.“Lo peor que nos puede pasar, que después de la pena, después de esta tragedia, es que nos veamos como enfrentados, como divididos, como cada día buscando otros intereses, que no sean los de la auténtica justicia y la verdad. Esta circunstancia nos debería unir más, como hermanos, como familia”, añadió.Robles Ortega señaló que la fortaleza de la unión es lo único que podrá contra las adversidades “de los intereses de unos pocos”, que prevalecen pese a las dolencias del pueblo, como lo son las desapariciones de personas y los desaparecidos.“Pongamos en manos de nuestros hermanos mártires esta terrible realidad por la que pasan tantos muertos, tantos hermanos y hermanas, por los que han perdido un ser querido, sea un papá, sea tío, sea hermana, sea hermano, sea mujer, por los que han perdido un ser querido sin saber la causa y sin saber el nombre, donde están. Pongamos en manos de nuestros hermanos mártires esta intención para que intercedan y pongamos luz, solución, pero en la justicia, en la verdad, en la totalidad, no en el egoísmo ni en los intereses, que sólo terminan favoreciendo a unos, pocos”, manifestó.Tras el sermón ofrecido por el Cardenal y antes del ofrecimiento de la hostia, algunas familias dejaron flores blancas sobre las fichas de búsqueda colocadas al pie del altar.Para despedir la misa, las familias pidieron también por las autoridades, para que el gobernador, los alcaldes, ministerios públicos y quienes tienen a cargo el deber de las búsquedas, sean sensibles al dolor y puedan desempeñar sus labores para encontrar a las más de 15 mil personas desaparecidas al día de hoy en Jalisco.Entre las familias asistentes a esta musa se encontró la de Perla Esmeralda Gutiérrez Esquivel, vista por última vez cuando fue sustraída del departamento donde vivía con su pequeño niño, quien hoy tiene seis años de edad, en el Fraccionamiento Villas, de Tlajomulco de Zúñiga.Nataly, su hermana, recordó que ese 27 de junio de 2023, se encontraba acompañada del pequeño, cuando llegaron varios hombres armados y se la llevaron, enfrente del niño, quien no deja de preguntar día a día cuándo regresará su mamá.Dijo, Perla Esmeralda, de 22 años, es soltera y no tenía novio, y en el tiempo de su desaparición trabajaba en una imprenta.“No entendemos el porqué. Nada más queremos que aparezca, saber que mi hermana esté bien. Queremos que mi hermana esté bien. Ella va a volver, porque nosotros no vamos a descansar hasta encontrar a mi hermana. Vamos a buscar por donde sea y hasta saber el porqué. Quienes se la llevaron saben ante mano que mi hermana no hacía nada, queremos que regrese, que vuelva. Porque mi hermana no debía nada. No tenía ninguna amistad mala”, dijo Nataly.También estuvo presente la familia de Pablo Andrés García García, quien tenía al momento de su desaparición 29 años, y quien el próximo 11 de octubre cumplirá dos años de haber desaparecido.Mireya, su mamá, recordó que el día en que se lo llevaron se encontraba durmiendo con su familia dentro de su domicilio, ubicado en la colonia Moderna de Guadalajara, y hasta ahí arribó un grupo de unas 15 personas armadas y lo sacó de su domicilio para llevárselo en uno de los autos que vendía, ya que se dedicada a la compra-venta de vehículos.“Es lo más duro que puede haber, desde ese día no sabemos absolutamente nada de él. Parece que se lo tragó la tierra, hoy no sabemos nada de él. La Fiscalía en lugar de buscar solo nos preguntan que qué información les tenemos nosotros. Es muy triste porque tiene tres niños, y están chiquitos. Él no fuma, ni toma, es muy hogareño, y no sabemos por qué se lo llevaron”, lamentó la mujer.Hoy, dijo, esta misa les da un poco de paz y esperanza, y de fé en que tarde o temprano van a encontrar a Pablo Andrés. “No importa el tiempo que sea, vamos a esperarlo y a buscarlo, porque tenemos la fe de que él va a regresar”, finalizó Mireya.MF