Con el inicio del temporal, vecinos de Jauja y colonias aledañas, quienes se oponen a la operación de la central de transferencia de basura de El Cielo, acusan derrame de lixiviados con las últimas tormentas. Este fue uno de los motivos de los habitantes de la zona para oponerse a esta instalación. El ayuntamiento de Tonalá rechazó estos señalamientos y afirman que se implementaron acciones, mucho más allá de lo que exige la Norma Oficial Mexicana, para evitar el escurrimiento de los jugos de la basura o su filtración al subsuelo.Los vecinos aseguran que con las recientes lluvias los lixiviados se derramaron y rebasaron los bordos y diques preventivos. Otros vecinos acusaron que los jugos de la basura permearon al subsuelo.“Sí ha estado la basura escurriéndose, los líquidos de la basura por las orillas de la central de transferencia. Porque aunque ellos digan que el sistema que hicieron, los borditos y eso, la verdad esa técnica no funcionará para nada. Cuando se viene la tormenta muy fuerte el agua rebasa los borditos”, explicó una vecina de la colonia Valentín Campa. La central, afirman, se encuentra en la parte alta de una loma, mientras que las viviendas más cercanas están en la parte baja de esta formación.“Como ya lo veíamos venir las afectaciones son problemas de la piel, problemas estomacales por los escurrimientos y malos olores entre otros”, complementó otra de las vecinas.El dirigente de los opositores a la central de transferencia, Armando Bañuelos, aseguró hay indicios que demostrarían existe el escurrimiento de lixiviados: “Si tu vas a la planta y caminas a los alrededores, te darás cuenta que hay rastros de donde corre el agua, que viene dentro del basurero y que después llega a estos bordos que es donde toman agua muchos animales”, acusó.El ayuntamiento de Tonalá respondió a los señalamientos y de los vecinos de Jauja y aseguró son falsos. El municipio presentó fotografías con los implementos usados para evitar estos derrames y garantizan que ni un centímetro cúbico de lixiviados ha salido del predio.Entre los implementos existen dos fosas tipo alberca, una con 30 mil litros de capacidad y otra 20 mil litros. En caso que estas fosas tuvieran lixiviados, los líquidos se bombean a cuatro cisternas, dos de 10 mil litros cada uno y dos más de mil litros cada uno.Se contrató además personal de una empresa privada al pendiente de las cisternas y si estas se llenan, se trasvasa de inmediato a pipas para enviarlos a un sitio de disposición final. Acusan que el proceso está avalado por autoridades estatales. El ayuntamiento menciona que en el suelo se colocaron geomembranas de plástico para evitar las filtraciones y se construyeron diques para evitar que el agua de lluvia pudiese arrastrar los jugos.Las autoridades señalaron que solamente un escenario extraordinario o catastrófico pudiera provocar que lixiviados pudieran salir del predio. Señalan se dispuso de grupo de Protección Civil enfocado a atender el tema de los lixiviados en el predio y están al pendiente de cualquier contingencia en caso de lluvia.El municipio concluye que se hicieron adecuaciones por arriba de lo que exige la norma medio ambiental, para garantizar la sanidad en El Cielo.MF
