A pesar de que en 2010 se destinó 30% de los espacios del Tren Ligero y el Macrobús para las mujeres como medida de protección en vagones e ingresos, actualmente no es una opción para aumentar la percepción de seguridad de las pasajeras.En un recorrido por las estaciones del Macrobús se observó que aunque ellas se formaban en zonas preferentes, también había hombres en las filas. El Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) destacó que la sobredemanda ha impedido continuar con el programa.Alondra, alumna del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), contó que utiliza a diario el ingreso preferente del Macrobús, pero es acosada.No ha sido la única, también Michelle. “Una vez venía para la escuela y un hombre se quitó la playera y me estaba hablando; me decía que me invitaba a un concierto. Yo lo ignoré y me moví hasta adelante, pero me seguía muy insistente con la mirada, me puso muy nerviosa”.De acuerdo con el Atlas de Igualdad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Jalisco ocupa el sitio 11 a nivel nacional por el acoso que enfrentan las mujeres en el transporte publico.Citlalli Murillo, activista e integrante del colectivo Calle Sin Acoso, comentó que a diferencia del acoso que viven las mujeres en los espacios públicos, en el sistema de transporte es más “próximo”.Destacó que el primer paso para las que sufran este tipo de violencia es “evaluar si tenemos ganas de confrontar (el acoso) y buscar la complicidad de otras personas”. También resaltó que se puede responder, sin insultos, y poner en evidencia al acosador con preguntas como: “¿Qué me dijiste?, ¿qué estás haciendo?, ¿qué ganas con eso?”.“Lo siguiente es alejarse, después de hacer esa entrada. Y aunque se hagan de la vista gorda, por lo menos podríamos cambiarnos de lugar”, agregó.