El acuífero de Toluquilla es el más sobreexplotado de Jalisco y, pese a ello, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha otorgado más permisos para extraer agua de él. Sólo en el primer bimestre del año se han concedido 27.Para el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), la extracción de ese acuífero (junto con el de Atemajac) es vital para abastecer del líquido a los municipios en los que tiene injerencia. Y para dejar de depender de ambos, la principal solución es la presa El Purgatorio, que tiene dos años detenida por falta de presupuesto.El acuífero, que tiene un déficit de 73 millones de metros cúbicos anuales, se localiza en El Salto y de él se abastece a algunas partes de Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá y Juanacatlán.Algunas de las consecuencias de esta sobreexplotación son los hundimientos del suelo, desertización progresiva, problemas de falta de agua para el abastecimiento humano, descenso en la calidad del agua, salinización del suelo, aumento en los costos de explotación, e incluso sismos y terremotos.El Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) extrae de los acuíferos metropolitanos (en Toluquilla y Atemajac) 27% del agua que necesita para el abastecimiento de Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Guadalajara. Esto según datos de su director técnico, José Luis Montaño.De acuerdo con un documento del organismo, las fuentes actuales (el Lago de Chapala, la Presa Calderón y los pozos Tesistán, Atemajac y Toluquilla) serán insuficientes en el corto plazo para ofertar el agua que demande la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).Para evitar ese escenario, y además dejar respirar al acuífero de Toluquilla, que es el más sobreexplotado del Estado, Montaño aseguró que la Presa El Purgatorio es la solución. Sin embargo, su construcción tiene dos años detenida por falta de presupuesto, pues se necesitan nueve mil 200 millones de pesos para terminarla y no se etiquetaron recursos para este año, detalló en diciembre el secretario de Gestión Integral del Agua, Jorge Gastón González.Como paliativo, el director dijo que se trabaja en el mantenimiento del sistema de abasto antiguo: el Canal de Atequiza. “Este año tuvimos un buen resultado, ya se disminuyó una problemática que se tenía en años anteriores dándole las labores de mantenimiento correspondientes”. Además, en las nuevas edificaciones se realizan programas para que no se permita a los terrenos instalar pozos de absorción. “Esto nos ayuda a la recarga del manto (freático)”.Aunque la Conagua advierte que hay municipios en riesgo de sequía, Montaño lo descartó y apuntó que sólo en algunos puntos hay sequía actualmente, como en la parte alta de Tonalá, en donde se instala un sistema de bombeo para incrementar el abasto desde la Presa Calderón. “Anteriormente (a esa zona) le dábamos agua de Chapala, que es un poco compleja de obtener. Está proyectado que se logre este año”.En la campaña de 2018, el gobernador Enrique Alfaro prometió que el SIAPA tendría cobertura en el resto de los municipios de la ZMG. Como avances, dijo Montaño, ya se instalaron mesas de coordinación con El Salto, Juanacatlán y Tlajomulco, las cuales “están avanzadas” para ir sumándolos a su red de manera paulatina en el corto, mediano y largo plazos. “Ahorita lo que ya está incorporado es incluir la parte de Zapopan que todavía abastece el municipio”, explicó.“¿Cuánta agua nos queda para abastecernos? Para mí esa es la pregunta central y no veo a las autoridades interesadas en resolverla, más que a unos pocos científicos. ¿Quién cuida el acuífero? Nadie”, reclamó el académico. Y una de las soluciones que sugirió para prevenir la sobreexplotación de acuíferos es tener un sistema de monitoreo diario que diga cuánto le queda a cada uno.Esta omisión, aunada a una construcción desordenada de la ciudad (propiciada también por la desinformación) ha causado que, conforme se desarrolla la metrópoli, también se perjudique el manejo del agua subterránea.En su opinión, los grandes urbanizadores se aprovechan de la situación para poder autorizar los fraccionamientos y prometer agua sin saber a ciencia cierta cuánta hay. “El problema grave, por un lado, es que debido a este desorden no se están yendo filtraciones al subsuelo y, por el otro, se siguen autorizando nuevos fraccionamientos para extraer agua. Es como si sacaras de tu cuenta de banco o tarjeta mucho dinero sin darte cuenta de cuánto te queda”.Apuntó que, desde 2006, la Conagua estableció que hay condiciones de sobreexplotación de los acuíferos y lo más crítico es que no se permite recargar, lo que genera un desequilibrio en la entrada de lluvias y las extracciones. “Sin embargo, seguimos sin un sistema que lo pueda medir. Tecnología hay, pero no voluntad”, resaltó.Desde que el Acueducto Chapala-Guadalajara fue inaugurado en 1991, hace 28 años, Guadalajara no ha sumado un solo proyecto para aumentar el abastecimiento de agua para sus habitantes. Entonces, Jalisco tenía una población de 5.3 millones de habitantes. Hoy son más de siete millones. Excepto por la ampliación de pozos de extracción o la rehabilitación del antiguo Canal de Atequiza, los proyectos para garantizar agua para la ciudad han sido rechazados, ya sea por oposición ciudadana, inviabilidad técnica u omisiones de las autoridades hídricas. Casi 30 años después de inaugurado el acueducto, el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) se encuentra en problemas para asegurar que todos los habitantes de la ciudad cuenten con el líquido.