Apenas va una semana del Plan Invernal del DIF Guadalajara para brindar abrigo y techo a las mil 779 personas que hay en situación de calle en el municipio y ya fallecieron por hipotermia dos hombres que duermen en la vía pública. En el albergue municipal sólo entra 4% de la población en estas condiciones para su posterior reintegración. De acuerdo con autoridades del DIF municipal, los indigentes rechazan entrar a los albergues pues deben cumplir ciertas obligaciones para acceder al programa de reintegración social, entre ellas no consumir drogas o alcohol.“La mayoría de las personas en situación de calle padecen alguna adicción, daños cognitivos o psiquiátricos, esto causa que no les interese el programa de rehabilitación o de reintegración social”, dijo Octavio Manuel Olaez Robles, jefe del Centro de Atención y Desarrollo Integral para Personas en Situación de Indigencia (CADIPSI).La casi nula integración de esta población en los albergues implica que las autoridades deben implementar una política de atención permanente en las calles, más que convencerlos de entrar a los refugios, pues tienen derechos humanos, así lo considera Ricardo Fletes, jefe del Departamento de Desarrollo Social del CUCSH de la UdeG. “Las instituciones están muy alejadas de la realidad. Es llevar los servicios a los ciudadanos, hay programas que son flexibles, son los más exitosos, que los trabajadores van directamente a la calle”, dijo. Mientras que en países como Brasil se implementan brigadas permanentes en las zonas con mayor población en situación de calle para brindar atención médica, alimenticia, psicosocial, otorgar vacunas, instalar baños públicos, entre otras, en Guadalajara estos operativos únicamente ofrecen parte de estos servicios durante la temporada invernal.“Tenemos personal todo el año en las calles buscando a las personas en situación de calle para ofrecer los servicios del albergue, aquellas personas que no les interesa, seguimos dando vueltas para concientizar de que es lo mejor integrarse al programa”, detalló Octavio Manuel Olaez, jefe del Departamento de Atención y Desarrollo Integral de CADIPSI.Estas brigadas del DIF Guadalajara llegan con apoyo humanitario: cobijas, impermeables y alimentos, aunque sólo sirven 70 alimentos al día, para una población de mil 779 personas en la calle.Uno de los ejemplos de programas permanentes en calles es uno implementado en Río de Janeiro, Brasil, en el que las brigadas multidisciplinarias otorgan los servicios en las banquetas.“La población en situación de calle no accedió a la unidad, a pesar de la cercanía de la clínica a donde se encontraban. Decidimos ir tras ellos”, explicó el médico brasileño Luís Eduardo Bevictori, en una entrevista sobre el programa.De acuerdo con el especialista Ricardo Feltes, los programas como el Plan Invernal del DIF Guadalajara son una reacción de las autoridades ante el problema de personas en situación de calle, que atiende a las consecuencias, pero no a las causas.“Se trabaja con el pobre, no con la pobreza, hay que trabajar con la pobreza para que se acaben los pobres. Se trabaja con el sujeto callejero, que es ciudadano con derechos plenos”, detalló.Así, entre la población sin hogar que entra para tomar los programas de rehabilitación sólo el 75% lo logra cumplir, el resto desiste por alguna recaída en adicciones, de acuerdo con datos del DIF Guadalajara.“La gente que es adicta no la reciben en albergues, es la que más necesita la ayuda. Si sólo el 4% de mil 779 personas en situación de calle recibe la atención, entonces ¿el 96% restante qué? deberían replantearse hacer algo diferente”, dijo Feltes. CT
