En plena fase tres de la contingencia sanitaria por COVID-19, los usuarios del Tren Ligero utilizan el servicio portando su cubrebocas, pero olvidan la sana distancia.Los usuarios caminan por los pasillos de la estación Juárez con cercanía al otro. En el andén con dirección a Periférico Sur hay cerca de 70 usuarios que no están formados para acceder al tren y tampoco respetan el metro y medio de distanciamiento tan necesario durante la pandemia.El ruido de las vías deja entre anunciado el paso del tren. Todos comienzan a formar grupos en el intento por adivinar dónde quedará la puerta más cercana. Con un pitido se anuncia la apertura de puertas y se escucha “antes de entrar permita salir”.La realidad es que los usuarios que deciden bajar en esa estación chocan con los usuarios que deseosos y apurados por entrar no permiten salir a los demás. En el momento hay manos que empujan, hombros que pelean y codos que buscan distanciar de los demás. También hay muchos “compermiso” y “voy a bajar” que se escuchan vagamente debajo de los cubrebocas.Al ingresar al vagón es la misma situación. Todos los asientos van ocupados y los usuarios tienen que sujetarse deben hacerlo a un lado del otro. También hay empujones para alcanzar el tubo del cual se detendrán.Yareli, una empleada de una zapatería en la Zona Centro, comenta que “siempre es lo mismo” y solo espera que “los demás porten su cubrebocas y no escupan o estornuden hacia uno”.Este diario contabilizó que de 320 usuarios que utilizaron el servicio, 12 portaban el cubrebocas en el cuello o dejaban fuera su nariz del cubrebocas. Justo hace una semana un usuario le reclamó a otro por no portar cubrebocas y la discusión terminó en golpes.Este año el Tren Ligero recibió a seis millones 160 mil 546 usuarios en el mes de marzo, dato que contrasta con los ocho millones 813 mil 085 recibidos en marzo de 2019.NR
