Al papá de Tania Ortiz le detectaron COVID-19 en diciembre. Por ello, su familia buscó urgentemente a un vendedor de oxígeno medicinal para asistirlo.A través de internet dio con la empresa Medigas, una supuesta proveedora de este producto. “Un tal Carlos Medina nos pidió un anticipo de tres mil pesos, más 600 de la recarga, y nos dijo que depositáramos urgentemente”, compartió. El tanque nunca llegó. “Desafortunadamente, por esta cuestión falleció mi papá”.Luego del sepelio, la familia volvió a comunicarse con Medigas, pero ya no respondieron al teléfono. Al ir al domicilio, en la calle Belisario Domínguez, de Guadalajara, éste correspondía a otra compañía: Oxigas.Ayer, Tania presentó una denuncia ante la Fiscalía del Estado por fraude. Exigió que se dé con los responsables y se les castigue, al tiempo que busca auxiliar a su mamá, su hermana y su esposo, quienes también han dado positivo a COVID-19.Héctor Raúl Pérez Gómez, integrante de la Sala de Situación por COVID-19 de la Universidad de Guadalajara (UdeG), recomendó a los jaliscienses usar oxígeno suplementario sólo si el médico lo prescribió, pues sólo él sabrá si se puede manejar la enfermedad desde casa con apoyo de este insumo, o bien requiere hospitalización.Compartió que algunos de sus pacientes que han podido conseguir tanques o concentradores de oxígeno han sufrido abusos en los costos, pues muchas empresas duplicaron su precio debido al desabasto, y añadió que es evidente que los proveedores de oxígeno no se dan abasto para cubrir la demanda, lo que también agrava la situación en la ocupación hospitalaria.Su propuesta: que el Gobierno estatal aumente los espacios para atender urgencias respiratorias y allí estabilicen a los pacientes hasta que puedan regresar a casa.