Ceferino, un hombre de 48 años habitante del municipio de Yahualica, fue el paciente que recibió el trasplante número mil realizado durante el 2022 en todo el país, por expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).El jefe de la División de Trasplantes del Hospital de Especialidades ubicado en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO), Eduardo González Espinoza, detalló que el caso de Ceferino fue muy especial, ya que recibió el riñón de su cuñada, y que la intervención se realizó, como pocas veces, de manera anticipada. Es decir, antes incluso de que fuera necesario algún tipo de proceso sustitutivo, como la diálisis peritoneal o la hemodiálisis.Ceferino compartió que fue hace dos años que las náuseas y el vómito lo llevaron a buscar ayuda médica. Tras realizarse estudios de laboratorio, sospechó de su problema de salud y fue derivado al CMNO para completar un protocolo de trasplante, pues era candidato a un trasplante anticipado.Aunque su esposa, María Guadalupe quiso ser donante, no fue compatible, pero sí la cuñada de Ceferino, “una mujer fuerte, deportista”, a quién él agradeció “regalarme esta oportunidad de vida”, remarcó.Anali Pérez recibió un nuevo riñón hace siete años. Ayer celebró el Día Mundial del Paciente Trasplantado con una nueva oportunidad de vida. A los 16 años le diagnosticaron glomeruloesclerosis focal y segmentaria e insuficiencia renal crónica. Pasó ocho años con tratamiento de medicación pero fue difícil por los efectos secundarios, como pérdida de cabello, llagas, subida de peso, problemas de articulaciones y visión.Luego de este tiempo le fue necesario un trasplante, el cual llegó el 12 de febrero de 2015 gracias a la donación de su exesposo.Compartió que la parte emocional es la más difícil, sobre todo por haber sido diagnosticada tan joven. Pero, una vez que fue operada, “en lo que más vi cambio fue en lo físico: me veo mejor, más saludable, el cuerpo más bonito, crece el cabello, las uñas, las pestañas. Recuerdo que tenía 10 horas de haber salido de cirugía y cuando me vi tenía un color que jamás me había visto en la cara, en lugar de amarillo, mis labios estaban rojos”.