Los altos costos de los cubrebocas desechables que provocó la emergencia sanitaria por el COVID-19, de hasta 10 pesos cada uno, y el hecho de que su uso ya es obligatorio en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), motivan a cada vez más ciudadanos a hacer los suyos. Isela Pérez es un ejemplo. Ella llegó a la única mercería abierta en el Centro de Guadalajara, 30 minutos antes de que abriera, para hacer fila.“Voy a hacer unos 30 (cubrebocas) para mi familia. Soy asmática. Todo el tiempo los uso y siempre los compraba, pero ahorita no hay, y los que hay son desechables y caros. Me conviene más hacerlos de tela”.Trabajadores del lugar informaron que también ha aumentado la demanda de materiales como hilo elástico. Y para evitarse una sanción del Ayuntamiento, deben vigilar que los clientes tomen “sana distancia” entre ellos para no provocar aglomeraciones.Además, sólo permiten la entrada a uno o dos y les dan alcohol etílico antes de ingresar.Luz Elena Zedeño decidió hacer sus propias protecciones, pero no sólo para su familia, sino también para vender por encargos, pues es costurera en Tlajomulco de Zúñiga.“Le hago a mi familia y a quienes me los piden. Es también para ayudarme económicamente, porque me ha bajado muchísimo el trabajo por el coronavirus, y viendo la oportunidad de hacer esto, ¿por qué no? Es un gasto estar comprando desechables”.