El aire no daba tregua. Intentaba retener en cada respiro un instante de frescura, pero lo único que le llenaba los pulmones era un viento caliente, sofocante, más propio de desierto que de la ciudad. El concreto ardía, y encandilaba como aluminio con el resplandor cegador del sol en su punto más alto. Cuando llegó a casa, tenía los zapatos calientes. Abrió las ventanas de su casa, y le pareció que entraba lumbre. "Se siente como si toda la ciudad fuera una planchaduría", afirma Estefanía Guzmán, de 27 años, enfermera, y bromea: "Tenía que ser martes 13". En el Centro Histórico, los tapatíos se congregaban bajo las jacarandas de la Plaza de la Liberación, entre sombrillas de restaurantes al aire libre, en las sombras de los edificios más altos, sostenidos por andamios. Incluso los extranjeros parecían un poco ofuscados, sentados en una contemplación dubitativa en los escalones del Palacio Municipal. El modo en que todo mundo andaba no hacía descabellada la idea de que en realidad era una tierra de fantasmas.Algunos se resguardaban en las jardineras del Paseo Alcalde, bajo los tabachines trémulos. Desde el silencio, los adultos envidiaban a los niños empapados en el agua fría de las fuentes públicas. Entre las 3 y las 4 de la tarde, hubo un instante en el que la vida misma parecía invivible. Lo era: el Instituto de Astronomía (IAM), en la estación Zona Minerva, registró una temperatura histórica de 37.9 °C para la zona metropolitana de Guadalajara. No se registraba un calor semejante, en el mismo mes, desde 1989. El año pasado, durante la misma época, el récord lo había ostentando la temperatura de 37.6 °C, el 2 de junio del 2023. "Está insoportable", afirma Carmen Zepeda, cuyo horario laboral termina a las 3 de la tarde. Adentrarse en la calle es perderse en el propio aliento, como si el aire mismo se derritiera entre sus dedos. "Sientes que te ahogas".No es una exageración: con las circunstancias y las condiciones más adversas, un calor como este puede causar la muerte. “En torno al 80 por ciento de las personas expuestas al golpe de calor pueden llegar a fallecer", explica la doctora María Teresa Tapia de la Paz, del Nuevo Hospital Civil. A nivel nacional, seis personas han muerto a causa de las temperaturas. Los tapatíos resienten las horas más difíciles del día en la ausencia de árboles en las calles. Ha sido época de incendios forestales, de basureros en llamas, de firmamentos obscurecidos por las penumbras de fuegos recónditos. "No hay árboles", se lamenta Marco Godínez, de 38 años."Nomás plantan en las colonias bonitas, pero la ciudad está toda caliente". Las estaciones del Tren Ligero son una olla de presión; en los vagones, las personas apretujadas en el sofoco añoran que el viaje termine lo más pronto posible. Todos quieren llegar a casa, pero el tren no avanza en la desesperación de las puertas que se abren y se cierran en su intento de que quepan todos. En los camiones es peor, en el macrobús abarrotado, en el Peribús saturado a mitad del Periférico, con el sol incandescente como un látigo en la piel, en el sudor del cuello. "No cabe un alma más", dice Pedro Aviña, de 32 años. "Se necesita algo más fuerte que el aire acondicionado". Y bajo ese infierno en el cielo, que hacía arder la tierra, un grupo de madres buscadoras buscaban a los suyos rasgando entre el polvo y las raíces secas. Cerca de San Isidro Mazatepec, en Tlajomulco, donde las temperaturas rasgaban los 37.7° C, el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco encontró 26 bolsas con restos humanos en una fosa clandestina. Eran cuerpos recientes, y sospechan que pueden pertenecer hasta a 20 víctimas. "Hasta ahora van 26 bolsas, esto en la primera fosa; había también cuerpos expuestos en una segunda fosa", explicó una de las madres a través de Facebook. El calor no las amedrenta, no las detiene; conocen como nadie lo que es el infierno. Han aprendido a rasguñar la tierra con sus propias manos. No hay obstáculo humano ni climatológico que las haga desistir de la labor que el gobierno no consigue hacer. De acuerdo con el IAM, la colonia donde se registró la temperatura más alta durante el martes 13, el más caluroso hasta la fecha, fue en Colinas de San Javier, en Zapopan, con 39 grados Celsius. No obstante, en Cuixtla, en San Cristóbal de la Barranca, en la región Centro de Jalisco, la temperatura llegó hasta los 46 °C. La gente no concibe a qué remedios acudir o a qué deidades encomendarse para conjurar este infierno en carne propia. Los pronósticos indican que la tendencia persistirá a lo largo de esta semana. Las lluvias son todavía una esperanza de todos cuyas nubes de tormenta no se divisan en el horizonte ardiente que seca las calles, empiedra los labios y araña las gargantas. Para hoy, se pronostican hasta 38 grados. FS