En 2017, las sanciones a motociclistas en Jalisco llegaron a 62 mil 672. En comparación, en 2016 se aplicaron 28 mil 840. Las dos principales causas que reportó la Secretaría de Movilidad (Semov) fueron no portar de forma correcta el casco y otros elementos de seguridad.Sin embargo, la dependencia estatal detalló que hay otros motivos como no circular conforme lo establece el reglamento, recorrer las calles con las luces apagadas y no respetar el carril de circulación.A pesar de estos indicadores, hay conductores de moto que todavía incumplen las normas. El director de Seguridad Vial de la Semov, Carlos Alvarado Ron, indicó que hay jóvenes que no usan casco por no despeinarse, se lo ponen sin ajustarlo u optan por uno de ciclista que no les proporcionará la protección debida. Para atender este problema, el funcionario anunció que este año se llevarán a cabo campañas dirigidas a este sector de la población.La organización Víctimas de Violencia Vial lamentó que los motociclistas no sean cuidadosos en el uso de estos elementos ni en tomar capacitación antes de rondar por las calles.“Resulta suicida manejar una moto sin precaución y medidas de seguridad como el casco”, señaló el grupo.“La moto es de cuidado, la moto mata si no la manejas con pericia y con un examen de manejo, pruebas y una capacitación adecuada; es un vehículo muy peligroso”, agregó.Los operativos que realiza desde el año pasado la Policía Vial, de manera coordinada con las comisarías de Seguridad de Guadalajara y Zapopan, arrojaron, hasta mediados de este mes, el retiro de circulación de cuatro mil 810 motocicletas que no contaban con placas, la traían oculta o con mica, y por no portar licencia de conducir o tarjeta de circulación.El parque vehicular de motocicletas creció 73% en los últimos cinco años en todo el Estado. En 2017 cerró con 424 mil 674 unidades y se prevé que la tendencia siga al alza debido a factores como el precio y la facilidad para adquirirlas.Alberto Celis de la Rosa, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), destacó que otros aspectos que hacen que sean cada vez más usadas son que tienen mayor libertad de movimiento que los coches. Añadió que mucha gente incluso la utiliza como vehículo familiar y suben a cuatro personas.La organización Víctimas de Violencia Vial resaltó que desde hace varios años el incremento de estos vehículos se observó en Sudamérica y Centroamérica y se preveía que México enfrentara una situación similar.El grupo destacó que el aumentos seguirá, por lo que es necesario que las autoridades implementen una campaña para reducir la vulnerabilidad de los motociclistas.Los elementos de seguridad para el motociclista, como el casco y el chaleco, siempre lo acompañan, asegura Alejandro Gómez, quien ha sufrido en carne propia lo vulnerable que es un conductor de estas unidades. En una década ha sufrido cuatro accidentes. Por fortuna, las lesiones no han sido de gravedad.Utilizar los elementos de protección, considera Alejandro, es uno de los factores que le permitieron salir bien librado de los percances viales.El más grave lo sufrió hace cinco años en el cruce de Federalismo y Circunvalación: “Un carro se me cruzó, se pasó el alto y yo le pegué. Salí volando. Tuve miedo que al arrancar todos los autos me fueran a atropellar. Resulté con golpes y la moto se acabó. Los golpes no fueron graves, afortunadamente”.La recomendación de Alejandro para los motociclistas es que no salgan a circular sin los elementos de seguridad: casco y chaleco; y que transiten con precaución.Comenta que el motivo por el cual prefiere utilizar motocicleta es la rapidez en sus traslados; aunque tiene automóvil, opta generalmente por la unidad de dos ruedas.Para él, lo más peligroso de circular en la ciudad son los automovilistas que no respetan a los motociclistas ni a los ciclistas. “Te echan el carro encima, eso te destantea. Falta mucha cultura entre los automovilistas”.Mientras Alejandro porta elementos de protección, otros no lo hacen. Es el caso de Rosa y su acompañante: ninguna utiliza casco, ni el chaleco reflejante. Ambas circulan por Avenida Juárez. Dan vuelta en Avenida 16 de Septiembre y se estacionan para entrar a un negocio.Rosa, la conductora, dice que le robaron el casco y el chaleco reflejante lo extravió. En su caso, ha salido bien librada, nunca ha padecido un percance vial al viajar en su motocicleta. Tampoco la han multado por no utilizar los elementos de seguridad, “He corrido con suerte”, afirma.En marzo de 2017, este medio de comunicación publicó que por el incremento en el precio de las gasolinas, Juan Francisco Benavides vendió su auto. Contó que con de los dos mil 200 pesos que ganaba a la quincena como herrero, 800 los destinaba en combustible. Por eso, con una hija de siete años y una esposa embarazada, pensó en ahorrar y compró dos motocicletas.De acuerdo con un sondeo que realizó entonces esta casa editorial en internet, 43% de los 800 participantes aceptó haber reducido sus viajes en auto luego del gasolinazo. Algunos, como Juan Francisco, optaron por las motocicletas, vehículos que, según la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas, pasaron de 372 mil a 378 mil en los primeros 31 días de enero de 2017.Otro factor importante es el número de horas que los automovilistas pasan atorados en el tráfico. La empresa Inrix dio a conocer que los conductores tapatíos tardan 33.4 horas atrapados en las congestiones viales cada año en promedio. Por eso se han incrementado las compras de motos para evitar los atorones y ahorrar en gasolina.En 2008 había 130 mil 671 motos en Jalisco y la cifra pasó a 144 mil 557 en 2009, un aumento de 13 mil 886 unidades en un año. Con ese contexto, tan sólo en los primeros 31 días de enero de 2017 se incorporaron seis mil 696 motocicletas; es decir, en el primer mes de ese año prácticamente se adquirieron la mitad de todas las motos compradas en el comparativo 2008-2009.