Para Candelaria Ochoa el activismo también es política, porque desde la presión social también se puede incidir para generar cambios en la sociedad. Desde que estudiaba la preparatoria, Candelaria ya impartía a sus compañeros charlas sobre el aborto y la importancia de las mujeres en la sociedad, y así continuó a lo largo de los años, hasta que llegó a ser comisionada nacional contra la violencia hacia las mujeres, uno de los cargos más importantes que ha desempeñado en materia de género. De hecho, la agenda de género es precisamente la columna vertebral de su vida política. La facultad en psicología la llenó de más conocimiento para estudiar desde el psicoanálisis al feminismo, y luego de ello se enfocó en trabajar con niñas en situación de calle, que comenzaron a darle bases cada vez más sólidas en la materia.“La política feminista es política también porque pretendes cambiar la vida de las mujeres y de una misma. Siempre digo que la política tiene esa característica y que no necesariamente debe tener cargos públicos para existir, por ello toda lucha personal es política”, expresó.Para Candelaria, sus padres han sido dos de las figuras que la han inspirado a ser lo que es hoy. De su madre aprendió el trabajo y la generosidad y gracias a su padre conoció la valentía y el arrojo por la defensa de sus ideales.Por ello también tuvo el valor de sumarse al apoyo del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confiando en que su proyecto político también le ayudaría a sumar a sus causas, y así fue. Andrés Manuel también confió en ella y viendo su preparación en la agenda de las mujeres, fue impulsándola para que ella misma demostrara de lo que podía ser capaz.Así, Candelaria Ochoa también llegó a ser diputada federal, sin dejar de prepararse y de dar clases, pues para ella la política y la academia deben nutrirse una a la otra. “Mis iniciativas siempre tienen que ver con un tema de discusión pública en la academia, porque en ocasiones la política no entiende muy bien a la academia y se hacen propuestas muy alocadas, por ello yo digo que la academia y la política deberían nutrirse más. Es necesario que la política se argumente en investigaciones, en debate y teoría, y que la academia también conozca cómo se hace una política pública y cómo puede aportar a ello. Por eso no he dejado de ser académica en estos 30 años”, contó.Entre las anécdotas que más han marcado su carrera, recordó, se encuentran cuando era candidata a diputada y los momentos de acercamiento que tuvo con las infancias, las cuales pedían saludarla e incluso le regalaban flores, y eso para ella era símbolo de que cada obra les dejaba un aprendizaje y que ella les inspiraba admiración.Para la regidora, quien hoy preside la Comisión de Cultura, su meta a corto plazo es cumplir a cabalidad con sus responsabilidades en el cargo, mientras que a mediano plazo es seguir transformando la vida pública.“Me encantaría llegar a ser gobernadora de este Estado. Yo creo que todas las mujeres nos sentiríamos orgullosas de que una mujer estuviera en la gubernatura. Sí quiero ser gobernadora, sí quiero ser presidente municipal, sí quiero seguir participando activamente en la vida política de este Estado y del País”, dijo.Lamentó que en la política al igual que en la sociedad en general, a las mujeres les exija más que a los hombres, por lo cual instó a todas las mujeres a que al llegar a ocupar algún cargo, se comprometan a trabajar por la sociedad. “Siempre he pensado que muchas mujeres hemos ingresado a la política gracias a los logros de nuestras antecesoras, pero también porque seguramente las de hoy y las de mañana seguirán y seguiremos trabajando porque cada vez tengamos espacios de mayor igualdad. Lo que hemos logrado las mujeres feministas, porque después de más de 30 años de luchar por esta causa me siento parte de ella, ha sido para las feministas, para las no feministas e incluso para las antifeministas”, expresó Candelaria Ochoa.