Víctor Pérez y su esposa aguardan sentados en la banqueta a que su hijo salga del Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC). Le diagnosticaron cáncer de colon a finales de 2019, por lo que apenas se encuentra en las primeras etapas del tratamiento, al cual tienen acceso gracias a que está cubierto aún bajo el esquema del extinto Seguro Popular.“No he visto que la gente tenga problemas. Es un poco tardado, pero nos siguen atendiendo”, comentó.Y como Víctor, cientos de personas acuden diariamente al IJC a atenderse en ese nosocomio que brinda atención de tercer nivel. Evangelina, otra de ellas, viaja desde El Salto para acompañar a su madre mientras ésta recibe tratamiento por una enfermedad de ovario, y hasta la fecha no ha percibido alteraciones en la manera en la que el nosocomio brinda su atención.“Nos siguen atendiendo bien. Sí sale más barato y qué bueno, porque yo no sé cómo le hubiera hecho”, compartió.Además del Hospital Civil de Guadalajara, la atención médica en el Instituto Jalisciense de Cancerología también corre riesgo debido a la falta de claridad y reglas de operación del recién creado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Por esa situación, Jalisco no se ha suscrito a él y no ha accedido al recurso de la Federación.Anna Bárbara Casillas, coordinadora general estratégica de Desarrollo Social, compartió que en estos momentos el IJC sólo opera con recurso estatal. El contrato que el Gobierno de Jalisco tenía con el extinto Seguro Popular era de tres mil 386 millones de pesos, pero debido a que no se conocen las reglas de operación, incluso si la Entidad se adhiere al Insabi no habría claridad sobre cómo usar dicho monto.“El Instituto de Cancerología es uno de los casos que veo más delicados. Debemos estar trabajando para asegurarnos que, efectivamente, lleguen los recursos y también esa es la urgencia: saber en qué podemos usar los tres mil 386 millones”, detalló la funcionaria.En México, recibir tratamiento contra el cáncer en el sector privado puede llegar a costar 300 mil pesos al año, pero el monto puede ser mucho mayor en función del tipo de cáncer que se esté combatiendo.El nacimiento del Insabi, que en este momento no incluye el apoyo a servicios médicos de tercer nivel, no ha impedido la prestación de atención en Jalisco, aunque el Hospital Civil ya advirtió que comenzará a presentar desabasto de insumos básicos.Ex trabajadores del Seguro Popular llevan su bloqueo a Palacio Nacional y ReformaTras reunirse con funcionarios de la Secretaría de Gobernación (Segob), ex trabajadores del Seguro Popular amenazaron con bloqueos en Ciudad de México porque no se les garantizó su contratación en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Decenas de ellos se plantaron en Palacio de Gobierno y luego bloquearon ambos sentidos de la Avenida Reforma, casi a la altura del Senado de la República; no descartaron continuar con acciones de ese tipo.Tras la entrada en vigor del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), Jalisco necesita 850 millones de pesos (MDP), adicionales a los tres mil 386 millones que año con año recibía por el extinto Seguro Popular, para garantizar la atención médica gratuita en los hospitales y núcleos médicos de tercer nivel que funcionan en la Entidad.Anna Bárbara Casillas, titular de la Coordinación General Estratégica de Desarrollo Social, comentó que, de entrada, Jalisco arrancó este año con un déficit por 350 millones de pesos de esa bolsa en cuanto al fondo de gastos catastróficos y las cuotas de recuperación. Esto después de que se emprendió la nueva estrategia federal de salud.“Nos dicen, a nivel federal, que sí nos van a dar (los 350 millones para cubrir el déficit) pero en especie. Esto implica que se nos genere un vacío para pagar servicios especializados como, por ejemplo, las limpiezas de quirófanos”, comentó la funcionaria.Pero eso no es suficiente. Al abrir el servicio a toda la población, sea o no derechohabiente, como lo ha establecido el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su proyecto de servicios de salud, requiere al menos 500 millones más. Allí están los 850 millones de pesos adicionales que requiere Jalisco para atención de tercer nivel.La funcionaria recordó que también hay personas de otros estados que acuden a los nosocomios de Jalisco. Y eso con una demanda “más o menos estable”, pero que “puede incrementarse en los Hospitales Civiles, en Servicios de Salud Jalisco o en el Instituto de Cancerología si los estados vecinos no logran atender a sus pacientes”.En 2019, el Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC) ejerció un presupuesto estatal de 76 millones de pesos, pero el apoyo federal que obtuvo ascendió a 170 millones; es decir, más del doble de lo que le otorgó Jalisco.Aunque no hay claridad en las reglas de operación, ni certidumbre sobre cómo aplicará la atención gratuita, Jalisco tiene un ultimátum para firmar el convenio con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).Durante su conferencia matutina, el Presidente Andrés Manuel López Obrador comentó que los 19 estados que no se han adherido al nuevo modelo de salud tienen hasta 15 días para tomar una decisión. De no hacerlo, acotó, se les transferirán los fondos correspondientes “y ellos se hacen cargo de la atención médica de los servicios de salud”.El martes, tras la reunión de “cortesía” que sostuvo López Obrador con los 32 gobernadores del país, y en la que se esperaba que pudieran hablar sobre las inquietudes acerca del Insabi, Enrique Alfaro, el mandatario jalisciense, compartió que, debido a esa falta de claridad, “es muy difícil para nosotros firmar y apoyar esa iniciativa”.Anna Bárbara Casillas, titular de la Coordinación General Estratégica de Desarrollo Social, compartió que algunos de los puntos que faltan por definir a nivel federal sobre la operación del Insabi son “la financiación de los servicios de salud de tercer nivel y los gastos catastróficos, también que se indique qué sí y cuánto podemos pagar en nómina de servicios médicos con los recursos federales, cuál sería el modelo de salud que tendríamos que aplicar y también que se defina cómo podemos hacer las compensaciones o cobros de la población que sí tiene seguridad social y que aun así acude a sitios como el Hospital Civil a atenderse”.Medicina y atención gratuitas: la metaDurante la conferencia de prensa mañanera del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, aseguró que el Insabi se encargará de proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de salud y la dotación total de medicamentos a personas sin seguridad social. El Insabi se creó el pasado 29 de noviembre y entró en vigor el 1 de enero, en sustitución del Seguro Popular.LA VOZ DEL EXPERTONora Ampudia Márquez (académica de la Universidad Panamericana)Con la tendencia a la centralización de recursos del Gobierno federal, a Jalisco le quedan pocas alternativas si no se suma al nuevo Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), pues enfrentará limitantes en presupuesto de salud, advierte Nora Ampudia Márquez, doctora en Economía y académica de la Universidad Panamericana.Explicó que una vía que podrían tomar las autoridades de Jalisco para el mediano plazo sería crear un seguro de gastos en salud a nivel estatal, pero subrayó que esa medida requiere elaborar estudios actuariales o diagnósticos, además de millones de pesos que la Entidad no tiene presupuestados.“Podría sumarse por el momento al modelo federal, y paralelamente ir construyendo un modelo estatal, que llevaría tiempo, para evitar repetir los errores de la Federación y no caer en la improvisación”, expuso.En su opinión, el Gobierno federal debería optar por mantener el modelo del Seguro Popular y planear una transición ordenada al Insabi. Esto para frenar la precipitación y la desorganización que está limitando el acceso a los servicios de salud a las personas con menos recursos, que en teoría es a quienes se busca favorecer.El martes de esta semana, 40 niños de la Guardería 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guadalajara sufrieron una intoxicación tras haber ingerido comida en mal estado. Pero las actividades en la escuela ya se retomaron y ésta opera con normalidad.Sin embargo, padres y madres de familia reconocen que acuden a la guardería a dejar a sus hijos con cierta inseguridad.“Me causa preocupación, porque uno trae a su hijo confiado de que está en buenas manos, con los mejores cuidados y de que los alimentos están bien y están supervisados. Lo que pasó no fue cualquier cosa”, comentó Claudia, quien tiene un año y medio llevando a su hijo a esa guardería.Añadió que, aunque el personal de la estancia le comentó que habría una junta con los padres de familia (sean afectados o no por la situación del martes) para informar sobre el problema, todavía no les informan la fecha.Por su parte, Carlos, quien tiene poco más de dos años como usuario de la guardería, pidió que se castigue a los responsables de la intoxicación de los menores y se den garantías de que no se vuelva a repetir.Los 40 menores que resultaron intoxicados en la guardería fueron trasladados a Unidades de Medicina Familiar y Hospitales de Segundo Nivel. El mismo martes, 36 de ellos fueron dados de alta.