Con miles de personas apiñadas, sin sana distancia y compartiendo baños públicos dio inicio la vacunación de adultos mayores de 60 años en Guadalajara contra COVID-19. El acto oficial fue en la explanada del Instituto Cultural Cabañas.Al anunciar el plan de inoculación el martes, las autoridades informaron que éstas se aplicarían en orden alfabético, pero un día después reviraron y confirmaron que sería conforme los ciudadanos llegaran. Esto provocó que la gente se comenzara a formar desde el jueves sin supervisión de autoridades, por lo que bajo el Sol y durante dos madrugadas, los tapatíos se organizaron solos y se repartieron turnos que pegaron espaciados en el suelo. Sin embargo, como algunos iban acompañados hasta por cinco personas, la sana distancia desapareció.El viernes, el secretario de Salud, Fernando Petersen, presentó un sistema de organización por turnos como un intento de poner orden. Dijo que las fichas que ya se habían repartido no eran válidas, por lo que ellos entregarían unas “oficiales” con logotipos y hologramas en punto de las 06:00 horas. Pero eso no ocurrió. Incluso los empleados del Ayuntamiento de Guadalajara en el Instituto Cultural Cabañas afirmaron desconocer si se repartirían fichas o a qué hora.A las 07:00 horas dejaron ingresar a los primeros tapatíos al toldo donde aplicarían las dosis, conforme ellos mismos se acomodaron.La vacunación comenzó minutos después de las ocho. La presidenta municipal interina de Guadalajara, Bárbara Lizette Trigueros, reconoció a los ciudadanos por tomar la iniciativa. “Les agradecemos mucho su paciencia, la forma en la que ustedes se han organizado”. Desde antes del arranque, las personas formadas ya superaban el reparto previsto para el primer día. Según Bomberos de Guadalajara, había 27 mil 500 en los nueve puntos de vacunación y seguían llegando por cientos.Por la tarde, todos los espacios continuaban atestados, con personas que permanecieron para conservar su turno a la espera de la jornada de inoculación de hoy.Rubén Ruiz llegó a formarse en la línea de autos para vacunarse en la modalidad de drive thru en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) a las 03:00 horas del sábado, acompañado por su esposa e hija.Para entonces, la fila llegaba al cruce de Periférico y Belisario Domínguez, a unos cuatro kilómetros y medio del punto de acceso a las instalaciones universitarias.Él pasó la madrugada sin mayor contratiempo adentro de su automóvil protegiéndose del frío. Sin embargo, cuando el Sol salió y la temperatura incrementó, Rubén comenzó a sentirse mal, pues él padece de diabetes.Los vehículos comenzaron a moverse lentamente después de las 08:00 horas y, según Maricela Ruiz, su hija, tenía la esperanza de alcanzar a ser vacunado, pero a las 13:00 horas el personal de apoyo que asistía en la línea avisó que las dosis asignadas para la jornada de ayer se habían terminado, por lo que sería hasta el domingo cuando continuarían inmunizando a los adultos mayores.Resignado, Rubén bajó de su auto para refrescarse y esperar un día más hasta llegar a la puerta del CUAAD. Se sentó en un paradero de autobuses de la Calzada Independencia.Pero a las 14:30 horas, con una temperatura de 30 grados, no pudo más. El calor, el cansancio y el sueño le cobraron factura y sus familiares lo llevaron de emergencia a un hospital. Sin vacuna, sin esperanza y sin saber si podrá recibir su dosis durante estos días designados para las personas de su edad.El jueves, Verónica vio en las noticias que la gente comenzó a formarse en algunos de los puntos donde las autoridades habían anunciado que se aplicarían las vacunas contra COVID-19. Vecina de la Colonia La Perla, a unas cinco calles del Instituto Cultural Cabañas, quiso ver si lo mismo ocurría allí. Su intención era vacunar a su madre, Hermengilda, de 80 años.“Venimos como a eso de las seis y media, a ver si había fila, y no había nada alrededor. No fue algo que planeamos. Había una danza prehispánica y nos sentamos a verla en la escalinata”.Otra persona se sentó junto a ellas y luego alguien más les preguntó si estaban haciendo fila. “En ese momento nos organizamos y formamos la línea y de ahí empezaron a llegar”.A las 22:00 horas, ya eran 20. “Un señor nos dijo que diéramos turnos conforme íbamos llegando. Empezamos a marcar números por adulto mayor. En la mañana ya éramos 134”.El sábado por la mañana ya eran dos mil 500. Así, poco antes de las 07:00 horas, la familia de Verónica fue finalmente por su madre, Hermengilda, y fue la primera en recibir su dosis.JL