A pesar de que desde 2017 en Jalisco es una obligación donar a la Cruz Roja al acudir a realizar el pago del impuesto por refrendo vehicular, los montos que se han recabado continúan siendo insuficientes para que la delegación Jalisco del organismo funcione sin problemas económicos.Para sobrevivir un año y cumplir sus funciones, el centro local de la Cruz Roja requiere 135 millones de pesos. Sin embargo, los donativos que reciben están lejos de esa cifra.Ni siquiera con el impulso del Gobierno de Jalisco se acerca. Por ejemplo, en 2018 la Entidad entregó 45 millones a través del refrendo, y se obtuvieron otros 11 millones de pesos mediante la campaña de colecta; 56 millones en total.Juan Salvador García Hernández, director médico de la delegación Guadalajara de la Cruz Roja mexicana, explicó que lo recibido a través del refrendo vehicular corresponde a menos de una tercera parte de lo que se requiere, además de que lo se reúne mediante colectas también es insuficiente para para alcanzar la cifra necesaria.“Últimamente se ha reducido la cantidad de ingreso a través de las colectas. Eso porque se tiene quizás la falsa idea de que la Cruz Roja es una institución gubernamental y que cuenta con un presupuesto fijo”.Por ello, aclaró que esa es una idea falsa, pues la Cruz Roja es una organización privada que no tiene un recurso fijo otorgado por las instituciones de Gobierno.Destacó, además, que aunque hay servicios médicos que tienen un costo para los pacientes, los precios son considerablemente menores que en los servicios particulares, y sólo tienen el objetivo de cubrir los costos de algunos materiales. Por cierto, los servicios son completamente gratuitos para sectores vulnerables de la población, como las personas en situación de calle.Desde el 1 de enero de 2017, la cooperación a la Cruz Roja al realizar el refrendo vehicular es obligatoria. Esto porque era muy poca la gente que aceptaba donar bajo la modalidad voluntaria. Sólo en su primer año de obligatoriedad, el monto recaudado por esta vía se triplicó: pasó de 8.5 millones de pesos a más de 27 millones.NUMERALIA135 millones de pesos son los que requiere la delegación Jalisco de la Cruz Roja para funcionar cada año. 465 mil atenciones médicas prestó la delegación local en 2018. 32 mil servicios gratuitos en ambulancia en el mismo periodo. 109 países en los que la Cruz Roja tiene presencia. 29 delegaciones municipales tiene la Cruz Roja en Jalisco. La vocación de ayudar al prójimo le fue enseñada a Roberto González Pulido desde que era un niño. Su madre le entregaba bolsas con alimento que él repartía a las familias más desfavorecidas de su colonia. Un día, mientras veía un desfile del 16 de Septiembre, vio al personal de la Cruz Roja cargando bolsas de alimento y agua que entregaban a las personas. Atraído, se acercó al puesto donde el personal estaba instalado y les dijo que quería colaborar.Tras meses de preparación para saber cómo atender a personas en situaciones de emergencia, el 14 de abril de 1950 se unió como voluntario a la Cruz Roja. Y con tal compromiso que, cuando era joven, su jefe en un hotel en el que trabajaba le pedía que ayudara si es que se desataba una emergencia.Casi 69 años después, y él mismo con 90 años de edad, continúa realizando su labor altruista y ostenta el título de comandante.“Voy de lunes a viernes a las oficinas para ver qué se ofrece. Cuando termino me paso a donde está todo el personal para ver en qué forma ayudar a las personas que llegan”. Jorge porta con orgullo el uniforme de la organización.“Se me metió mucho en el corazón el prepararme y atender a las personas”, concluye.La condición auditiva y del habla que Carlos Guadalupe Gutiérrez presenta no es un impedimento para que se desempeñe como voluntario en la Cruz Roja. Miembro desde 1966, hoy es comandante general y comenta que en la institución ha vivido de todo. Ayudado por sus compañeros, narra que desde pequeño está involucrado en la labor de ayudar.A lo largo de 53 años ha recibido entrenamiento de primeros auxilios y rescate en situaciones de emergencia. Afirma que la disciplina que hay dentro del cuerpo de voluntarios es de lo que más le agrada en su labor.Francisco Camacho Gurrola es otro voluntario con décadas a cuestas en esa labor. Colabora desde 1971, cuando entró luego de ser voluntario en Protección Civil. “Trabajaba en carretera y veía muchos accidentes, pero me daba horror la sangre”. Él entró a la Cruz Roja “por corazón”.Y de todo lo que ha vivido como voluntario, recuerda con mayor nitidez un caso ocurrido 31 años atrás, cuando un tanque de gas portátil explotó adentro de un camión urbano. Entre las víctimas se encontraban dos menores, quienes murieron en los hechos, y eso lo marcó.A todos quienes consideren unirse como uno de los 46 mil voluntarios que tiene la Cruz Roja en el país, Francisco les dice que “aquí el que llega ya no se quiere ir”.