Las organizaciones civiles juegan un papel importante en la atención y acompañamiento a las personas en situación de calle e indigencia.Con dos años a la cabeza de la institución, María Luisa Urrea, titular del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), aseguró que sin ellas no se podrá resolver la problemática que cada día aumenta.“Ningún ayuntamiento, por sí solo, puede hacer frente a esto; el Gobierno, sin las asociaciones civiles, tampoco”.Actualmente, mil 069 asociaciones civiles trabajan con el IJAS, muchas de ellas lo hacen de manera voluntaria. Durante el foro sobre personas en situación de calle, Urrea afirmó que el fenómeno de inseguridad que ha padecido esta población en las últimas dos semanas es una alerta. “El 98% de estas personas tiene enfermedades mentales. Las más comunes son epilepsia, esquizofrenia. Se gasta mucho en medicamentos que necesitan para ser controlados estados de ansiedad y agresividad”, acentuó.Agregó que algunos llegaron a la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) desde otros municipios de la Entidad para buscar trabajo y otras oportunidades. También destacó que el consumo de drogas, la depresión y el rechazo familiar contribuyeron a que formaran parte de este sector.El IJAS, junto a la Unidad Asistencial para Indigentes (UAPI) -que actualmente atiende a 265 personas en situación de calle que no tienen familia-, realiza brigadas por las principales zonas de los centros de los municipios metropolitanos.“En todas las brigadas que nosotros hacemos desgraciadamente sólo 1.67% de las personas accede a ser llevado a un albergue. No nos los podemos llevar a la fuerza y menos si no están haciendo ningún daño en la vía pública”.