Desde muy temprano Daniel Esparza llegó a la Base Aérea Militar junto con su esposa María Fernanda y sus tres hijas, Alena, María José y Daniela, a ver el espectáculo aéreo. Él fue uno de los más de 170 mil asistentes que se dieron cita en las instalaciones en Zapopan, cifra que superó por mucho las estimaciones de las autoridades, que esperaban cien mil.En el momento que Daniel se dio cuenta dio la noticia a todos de que irían a ver las acrobacias de las aeronaves.Es la primera vez que acuden a ver un espectáculo de este tipo, del cual sus expectativas eran altas. “Pusieron videos en línea de las demostraciones y nos emocionó mucho”. También convenció a su compadre Raúl y su ahijada Valeria y todos llegaron con agua, alimentos, bloqueador y gorras, listos y tirados en el pasto con buen tiempo.A las 11:05 horas dio inicio la programación que duraría dos horas. Tras la presentación de los anfitriones, el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, y el gobernador, Aristóteles Sandoval, siguieron los honores a la bandera y salieron las primeras de las 60 aeronaves que participarían, entre helicópteros y aviones.La gente comenzó a aplaudir emocionada al tiempo que cruzaban tres helicópteros por el cielo, preámbulo para las acrobacias del escuadrón aéreo local, conformado por aviones Pilatus PC-7, que realizaron piruetas y despliegues a 360 kilómetros por hora.Un avión Hércules cruzó el cielo a más de cuatro mil pies de altura desde donde descendió un grupo de más de diez paracaidistas, quienes tras abrir sus equipos comenzaron a descender en línea y a caer en el mismo punto, lo que fue vitoreado.Tras un breve receso se anunció el despegue del avión más esperado, un jet Northrop F-5 que alcanza una velocidad de mil 100 kilómetros por hora y emite un sonido que revienta tímpanos al cruzar el aire a alta velocidad.En el sonido local pidieron a la gente que se tapara los oídos si lo creía necesario pero la gente no hizo caso de la advertencia; fue que surcó veloz de norte a sur sobre los asistentes en medio de un estruendo. La gente se echó a reír y comenzaron a aplaudir.Siguió el turno del escuadrón aéreo Beechcraft T-6 con base en Cozumel, Quintana Roo, que no defraudaron con sus acrobacias; y del Escuadrón Aéreo de la Escuela Militar de Aviación, que consta de aviones Grob G-120, con lo que se concluyó la exhibición.“Fue mucho mejor de lo que estaba esperando”, exclamó Daniel, quien quedó muy satisfecho con los paracaidistas, aviones y helicópteros. “Echaron la casa por la ventana”. Pero lo que más le impactó fue el Northrop F-5. “El ruido, híjole, qué bárbaro, no se esperaba uno tal estruendo”.Como todos, esperan que este espectáculo se vuelva a repetir en el futuro en la capital de Jalisco, donde por vez primera se realizó esta exhibición.