La agenda este lunes de Luis Carlos Nájera, secretario del Trabajo de Jalisco, incluía sólo una reunión sobre política salarial por la mañana y no un enfrentamiento a las cinco de la tarde con 12 criminales “de élite” que intentarían matarlo.Tras su reunión matutina, el secretario acudió a comer acompañado de un líder sindical a un restaurante de avenida Chapultepec, en la colonia Lafayette de Guadalajara. Durante la comida, el ex fiscal observó a dos sujetos que entraron al lugar e inspeccionaron las mesas. Notó algo inusual cuando los sospechosos no se quedaron a comer.“Por su forma de actuar, los ubiqué como personas del crimen organizado, alertando a mis escoltas y pidiendo que al salir cubrieran la salida con la camioneta”, relató Nájera. Por remoto que parezca, incluso aseguró que reconoció a uno de ellos porque lo había detenido años atrás.Todavía transcurrieron 45 minutos desde el primer contacto visual con los “halcones” encargados de confirmar su presencia en el restaurante, como lo dedujo más tarde.“Mi instinto y entrenamiento me hizo desconfiar”.En cuanto Nájera salió del restaurante, 45 minutos después de alertar a sus tres escoltas, lo recibieron con una ráfaga de armas de alto calibre. Los tres primeros atacantes descendieron de un auto Versa que se encontraba estacionado frente al restaurante.“Me resguardo atrás de la camioneta. Veo que vienen hacia mi camioneta otros ocho sujetos corriendo por la calle con armas de grueso calibre, granadas, equipo táctico. En ese momento me subo a la camioneta y veo cómo empiezan a caer uno a uno mis escoltas”. Esquirlas de un fusil de alto calibre pegaron en el suelo y rebotaron contra su mano izquierda. La única lesión que sufrió.Entonces decidió arrancar el vehículo. En ese momento, “por fortuna”, pasó una patrulla de la Policía Estatal que se sumó a la refriega contra el comando armado. Eso frenó el esquema de ataque contra el ex fiscal; así logró huir por la calle Juan Manuel rumbo al Centro tapatío.Unas 15 cuadras más adelante, antes del cruce con Federalismo, la camioneta blindada GMC Yukon que conducía se detuvo dañada por los disparos recibidos. Nájera descendió del vehículo y se resguardó en una tienda de abarrotes. Allí pidió una cobija o manto para ocultar su arma y salió en busca de un taxi que lo llevó a Palacio de Gobierno.Allí lo esperaba, sin esperarlo, el gobernador Aristóteles Sandoval.¿Qué grupo criminal atentó contra la vida de Luis Carlos Nájera? El gobernador Aristóteles Sandoval evitó mencionar el nombre durante el mensaje la noche del lunes para informar del atentado.Sobre el móvil tampoco hay claridad, pues no existieron antecedentes de amenazas contra el secretario; incluso Nájera estuvo varios meses sin escolta, tras dejar el cargo de fiscal general y a su regreso de Estados Unidos.¿A quién le interesaba matarlo en este momento? Una hipótesis del ex fiscal es que el atentado fue para “calentar la plaza”. Ante la reciente escisión en el Cártel Nueva Generación, Nájera no pudo establecer qué bando lo atacó. Pero su inferencia parece lógica: con independencia del grupo autor del atentado, detrás podría haber una acción de alto impacto mediático para que la autoridad refuerce el patrullaje federal o la presencia militar y así afectar al grupo contrario. Eso explicaría, en parte, los tres bloqueos con vehículos incendiados.Otra coincidencia con los hechos de este lunes es que se suscitaron en un periodo electoral, igual que en los bloqueos del 1 de mayo de 2015.Hasta el momento, las autoridades se han reservado el posible móvil y línea de investigación del atentado contra el ex fiscal.