Eran las 8:57 de la mañana, todavía no transcurría una hora desde que las cajas habían sido abiertas, cuando al menos tres sujetos con pasamontañas y arma de fuego en mano, entraron a la sucursal bancaria ubicada sobre la avenida Río Blanco, casi al cruce de la calle Pelícano en Zapopan, para llevar a cabo el asalto.Dos de ellos se dirigieron directamente hacia las cajeras, a quienes entre gritos e insultos les pidieron el efectivo, mientras les rociaban gasolina a través del espacio disponible entre los cristales, luego de esto, prendieron fuego al mostrador y a un escritorio que ahí se hallaba. Las alarmas se activaron y sólo pudieron llevar consigo el dinero de una de las cajas, para posteriormente, huir a bordo de un auto gris, donde los esperaba otro sujeto para arrancar con el botín.En el lugar no había personal de seguridad; la subgerenta y la asesora corrieron al baño para esconderse, mientras que la empleada de la limpieza al patio. Detrás de los cristales estaban ambas cajeras en estado de shock ante el fuego que ardía frente a sus ojos, hasta que el humo que sofocaba el búnker las dejó inconscientes y se desvanecieron dentro del mismo."Yo me asusté cuando salí y vi el fuego y todo el humo en los cristales 'se me están quemando' pensé. No había forma de sacarlas, sólo ellas tenían la contraseña de la puerta y por más que les gritábamos no respondían. Afortunadamente los vecinos llegaron con mangueras y baldes de agua para ayudar a apagar el fuego y poder sacarlas. Después de todo esto ya no quiero regresar aquí nunca", dijo aun temblando la subgerente del banco.Y es que los vecinos se dieron cuenta de lo ocurrido debido al humo que salía del lugar. A pesar de que intentaban sofocar el fuego, la nube negra no permitía la visibilidad hacia el interior, por lo que los elementos de la Policía de Zapopan que acudieron a atender el incidente impactaron la unidad contra los cristales de la entrada, y permitir así el ingreso de los socorristas municipales, quienes terminaron de suprimir el incendio.Los trabajadores del segundo turno esperaban preocupados detrás de las cintas amarillas, en sus ojos se reflejaban los trozos de cristales que quedaron sobre el estacionamiento. Agradecían que sus compañeras estuvieran bien, sin embargo, su preocupación más grande giraba en torno a saber si conservarían su empleo luego de lo ocurrido, "no sabemos hasta cuando podamos volver a trabajar y nosotros necesitamos nuestro sueldo", agregó uno de ellos.Ambas cajeras y la asesora del banco, quien sufrió una crisis debido al impacto de lo sucedido, fueron trasladas a una unidad de Servicios Médicos Municipales, donde ya se reportan como estables. A pesar de que autoridades del municipio realizaron un operativo en torno a la zona para dar con el paradero de los responsables, hasta el momento no se tiene mayor información al respecto.LS
