Como resultado de la permanencia del comercio ambulante irregular en el Centro de Guadalajara, el Ayuntamiento tapatío ha entregado 13 mil 546 actas de inspección a los vendedores sin permiso en lo que va de la actual administración. Sin embargo, la mayoría no se ha pagado.Víctor Tenorio, titular de la Dirección de Inspección y Vigilancia, explicó que la sanción es de dos mil 500 pesos. Es decir, todos los folios emitidos equivalen a 33.8 millones de pesos (MDP). Pero a las arcas sólo han ingresado 1.6 MDP por este concepto.“La mayoría de las mercancías que aseguramos no valen ni 30 pesos. El comerciante no va a ir a pagar una multa de dos mil 500 para recuperar un juguete o unas plumas”, subrayó el funcionario.Tenorio agregó que, debido a que saben que el castigo es superior al valor de las mercancías que aseguran, también tratan de apoderarse de objetos como carritos en los que los vendedores mueven sus productos.Comentó que es común que los “golondrinos” acudan a la Secretaría del Ayuntamiento o con los regidores para solicitar descuentos de hasta 50% en las sanciones.Por otra parte, Víctor Zetter, delegado de la Cámara de Comercio de Guadalajara (Canaco) en el Centro Histórico, remarcó que el problema del ambulantaje en el primer cuadro de la ciudad ha ganado terreno desde el segundo semestre del año pasado y se agravó en lo que va de éste.Ante esta situación, consideró que la capacidad de la Dirección de Inspección y Vigilancia para mantener a raya a los comerciantes que no cuentan con un permiso es insuficiente.“Actualmente son demasiados los ‘golondrinos’ y son muy pocos los inspectores que nos ayudan a disuadir al ambulantaje”, destacó.Como respuesta a una solicitud de información, vía Transparencia, la administración de Ismael del Toro indicó que durante las mañanas hay 68 inspectores en el Centro de Guadalajara y 76 en las tardes.En junio, este medio habló con inspectores tapatíos, quienes reconocieron que están superados para poder combatir al ambulantaje en este perímetro.“Los que andan vendiendo siempre son los mismos, nomás que se van de un lado a otro. A veces se ponen violentos. Nos hace falta más apoyo para poder retirarlos y cubrir más puntos. A cada uno le tocan varias cuadras”, comentó uno de ellos en el cruce de las calles Pedro Moreno y Galeana.Desde el 1 de octubre de 2015 (fecha en la que Enrique Alfaro, actualmente gobernador, tomó las riendas del Ayuntamiento tapatío) hasta el 13 de junio pasado (ya con Ismael del Toro como alcalde), el Gobierno de Guadalajara entregó 22 mil 883 actas de inspección a comerciantes ambulantes que operan en el Centro. Es decir, infraccionó a uno cada hora.Víctor Zetter, quien representa a la Cámara de Comercio de Guadalajara (Canaco) en el Centro Histórico, remarcó que entre las afectaciones que sufren los negocios establecidos por la presencia de estas personas están la “percepción negativa” que generan entre los turistas que llegan al principal perímetro de la ciudad y la obstrucción del paso a los locales regulares.Zetter mencionó que un factor que permite la prevalencia de esta actividad en el primer cuadro se debe a que los comerciantes irregulares, una vez que son abordados por los inspectores, sólo saltan de un punto a otro.“Parece jugarreta. Si aumentan el número de inspectores, podrían contenerlos. Si están brincando de un lado a otro, pues hay que poner elementos en ambos puntos”, añadió.Además de entregar actas, el área de Inspección y Vigilancia tapatía retira la mercancía que los vendedores tienen a la mano o en exhibición.Su titular, Víctor Tenorio, explicó que si luego de 15 días no han pagado su infracción para poder recuperar los productos, éstos se donan al DIF Guadalajara.El mes pasado, el presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Jalisco, Hugo Rodríguez, afirmó que miembros de esta dependencia municipal exigen “moches” a los vendedores ambulantes, motivo por el cual el partido ha enviado oficios a la administración de Del Toro. Sin embargo, dijo que sus señalamientos han llegado a oídos sordos.NUMERALIA2 mil 500 pesos cuestan las multas que Inspección y Vigilancia proporciona a los ambulantes. 22 mil 883 sanciones ha entregado el Ayuntamiento desde la administración municipal de Enrique Alfaro. 5% de las multas que ha impuesto la actual administración han sido pagadas por los comerciantes. 851 pesos al mes paga un ambulante para operar con permiso. 144 inspectores vigilan el primer cuadro, divididos en dos turnos.En el Centro tapatío hay 180 comerciantes ambulantes que tienen permiso del Ayuntamiento de Guadalajara para operar.Cada uno de ellos paga una cuota mensual de 851 pesos, según indicó el municipio como respuesta a una solicitud de transparencia. Esto se traduce en un ingreso a las arcas por 1.8 millones de pesos (MDP) cada año.En 2015, la administración de Enrique Alfaro aprobó una reforma para regular las actividades de mil 114 ambulantes que en ese entonces eran tolerados en el primer cuadro y se establecieron 109 puestos semifijos para que algunos comerciantes se instalaran en ellos.En la actualidad, sólo 87 están activos. Además, el Gobierno de Guadalajara otorgó autorizaciones a 93 artesanos que laboran principalmente en la zona de la Plaza Tapatía.Víctor Tenorio, director de Inspección y Vigilancia, explicó que el número de puestos permitidos disminuyó debido a que algunos vendedores decidieron abandonarlos.Actualmente no hay apertura para que se regularicen más ambulantes.Agregó que incluso hay una lista de espera con alrededor de 500 personas que esperan poder conseguir una autorización para trabajar de forma regular.Sin embargo, para que esto suceda se requiere que los vendedores actuales dejen su lugar.Sólo 15 giros están permitidos para el comercio ambulante regular en Guadalajara. Entre ellos está la venta de fruta y bebidas sin alcohol. LA VOZ DEL EXPERTOAntonio Sánchez Sierra (académico de la UdeG)El miembro del Departamento de Contabilidad destaca que la estrategia que implementaron las autoridades tapatías para regular el comercio ambulante genera una división social y jurídica entre los vendedores.Resalta que se debe apostar por integrar a todos los comerciantes. “¿Cómo le cobras a un comerciante que no sabes dónde vive ni dónde encontrarlo? Legalmente no sabes por dónde agarrarlo. Se debería reglamentar y permitir el comercio con altos costos fiscales para inhibir esta clase de actividades”.Explica que al permitir esta actividad, con una alta tarifa tributaria y en una zona delimitada, se podría tener el control de las actividades de los que no obedezcan la reglamentación.