Ante el incremento del precio de un garrafón que ofertan las empresas embotelladoras, en los últimos cinco años los negocios que rellenan botellones de agua se han triplicado en Tonalá, uno de los municipios donde aumentó la pobreza en la última década. La gente prefiere comprar en este tipo de establecimientos para ahorrar.De acuerdo con el Inegi, hace un lustro se contabilizaban 50 establecimientos de llenado de garrafones en Tonalá y, para este año, hay 150 licencias activas. Esa tendencia se replica en toda la ciudad. Hace cinco años se registraban 250 establecimientos de llenado de garrafones en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá, pero ahora reportan mil 498.La explicación es que son más económicos. Adquirir un garrafón de 20 litros en alguna empresa embotelladora cuesta entre 48 y 60 pesos; sin embargo, si se opta por rellenarlo, el precio va desde 11 hasta 26 pesos como máximo. Clientes consultados en establecimientos que ofrecen rellenar el garrafón coinciden en que prefieren este servicio debido al alto precio del agua que venden las grandes empresas. Desde hace cinco años, Marisol Ramírez rellena con 14 pesos su garrafón en un local en la calle Monte Olimpo en Guadalajara. Revela que antes de conocer ese sitio probó el agua en otros establecimientos, pero tenía un sabor “como de la llave”. Además, se enfermó. Entonces, aprendió que antes de rellenar su garrafón verifica que laven el envase y que se vea limpio el lugar. “Hay casos donde el agua tiene animalitos y está sucia… es porque a los filtros no les dan el mantenimiento correcto”.Arturo Lara, coordinador de Operación Sanitaria de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal), informa que se cuenta con un padrón de dos mil 037 establecimientos de purificadoras, aunque aclara que muchos desaparecen y no se dan de baja. Recomienda a los consumidores verificar que el negocio tenga un aviso de funcionamiento, que es emitido por la Coprisjal. “Esto da cierta garantía de que el establecimiento es regulado y vigilado. Si no lo tiene, no hay controles sanitarios. Es un riesgo”, para la salud de los consumidores.Las tres fuentes de materia prima de las rellenadoras de agua son: la red municipal, las pipas cuyo líquido provenga de un pozo certificado o de empresas de ósmosis inversa. En 2023, la Coprisjal verificó 475 negocios de venta de agua y tomó 163 muestras para análisis microbiológicos del líquido. Sólo 16 incumplieron con la Norma Oficial Mexicana 201, y con la Norma 251. Para este año, la meta es verificar a 573 purificadoras.Cuando detectan que el agua en venta está contaminada se procede al aseguramiento del producto y la suspensión temporal de actividades hasta que el propietario demuestre que ya cumple. Un dictaminador decide si se aplica la clausura, la sanción o el apercibimiento.Para presentar una queja se puede enviar un mensaje a denunciasanitaria.ssj@jalisco.gob.mx o por WhatsApp al 33-1342-0826.Sergio Hernández, cliente de un negocio ubicado en la calle Toulouse Lautrec en Zapopan, paga 25 pesos por cada garrafón. Asegura que la “calidad del agua es exactamente la misma, y no siento ninguna diferencia en el sabor”.Aldo García acude en Guadalajara a un local que se encuentra en la calle Mesa Central, por su precio accesible. Aprovecha la promoción de los miércoles y domingos, cuando se pueden rellenar en 12 pesos. Explica que al principio sentía desconfianza, “pero uno se tiene que atrever a probar”.Estefanía Sánchez rellena su garrafón en un establecimiento de la calle Monte Parnaso, y el agua la destina para darle de beber a su mascota, desinfectar frutas y verduras, así como preparar caldos. “Por prevención, la que tomamos para hidratarnos es más cara”.