Tras siete años de ser trasplantado de riñón, Diego hoy vive problemas para acceder al medicamento que debe tomar de por vida para evitar un rechazo. Relató que, desde 2020, a los retrasos en la disponibilidad se sumó que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cambió de proveedor de inmunosupresores básicos y de laboratorio.Explicó que, en lugar de recibir el medicamento genérico Tacrolimus, le entregan otro de la marca Octralin, del laboratorio RAAM. Él consultó a fundaciones de trasplantados y especialistas que le informaron que éste ha tenido mayor porcentaje de casos de toxicidad y rechazo de órgano.“Tengo tres nefrólogos de confianza y los tres me han dicho que los inmunosupresores de ese laboratorio traen 40% de rechazos y mayor porcentaje de toxicidad, lo que para un trasplantado es un gran riesgo”. COSTOSO4 mil pesos, el costo que tiene por caja el medicamento inmunosupresor que se necesita para que no haya riesgo de rechazo al órgano. Se solicitó entrevista a la delegación del IMSS Jalisco, pero no hubo respuesta.