Al caminar en el Centro Histórico de Guadalajara, ocho de cada 10 mujeres han tenido que soportar acoso u otra forma de violencia sexual, mientras que una de cada dos teme ser agredida en la ciudad.De acuerdo con los resultados del Estudio-Diagnóstico Acoso Sexual y Otras Formas de Violencia Sexual en el Espacio Público en Guadalajara, realizado en conjunto por ONU Mujeres, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Ayuntamiento tapatío, siete de cada 10 mujeres han percibido miradas morbosas y a seis de cada 10 un desconocido les dijo palabras ofensivas u obscenas.Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México, destacó en la presentación del documento que el fin del diagnóstico es conocer a fondo el problema para visibilizarlo y atenderlo.Además, se dio a conocer que las tapatías ven perdida su autonomía para moverse en la vía pública, ya que más de 82% mencionó que por temor a ser agredida o acosada busca ir acompañada; 60% prefirió no salir de noche o muy temprano.“Yo iba a agarrar un camión y me iba a poner falda. Y como me ha pasado que me levanten la falda en el camión y caminando... ¿Me voy en camión? ah pues me voy a poner tenis y el peor pantalón, el que se vea más flojo. Uso la mochila para poner distancia en camiones muy llenos”, contó una pasajera del transporte público sobre su día a día al andar en la calle.Olvidar las faldas, vestidos y tacones, cambiar de rutas o de modo de transporte; procurar cargar objetos de defensa personal, tomar clases de defensa o hasta salirse de trabajar y estudiar, son algunos de los efectos que ha causado la violencia sexual en las mujeres tapatías.Nueve de cada 10 mujeres jóvenes se sienten inseguras, principalmente cuando recorren las vialidades de la ciudad y 24% en el transporte, ya sea en camiones o taxis, revelan los resultados del Estudio-Diagnóstico Acoso Sexual y Otras Formas de Violencia Sexual en el Espacio Público en Guadalajara, realizado en conjunto por ONU Mujeres, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Ayuntamiento tapatío.El acoso sexual más frecuente al que sienten temor las mujeres es la mirada morbosa (76%), el manoseo (70%), persecución (68%) y miedo a ser atacada sexualmente de una manera más grave (55%), según datos del estudio.“Ya tengo identificada qué ropa me tengo que poner para no llamar la atención y me cuesta mucho porque yo sufro mucho con el calor. No quiero que me hablen, no quiero que me busquen”, señaló otra de las tapatías sobre el acoso.Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México y quien presentó el estudio, recalcó que “esta es una situación de normalización e indiferencia a la que tenemos que poner fin y generar una cultura en nuestra sociedad de cero tolerancia, que cualquier persona que sea testigo de esta forma de violencia la denuncie”.Principalmente por desconocimiento, 92% de las mujeres que sufre acoso no denuncia, y sólo lo hace cuando las faltas les parece más graves como tocamientos, manoseos o masturbación frente a ellas.Con respecto a las mujeres indígenas encuestadas, la mayoría dijo que sufre más acoso cuando lleva su vestidura tradicional y que el lenguaje es un obstáculo al momento de intentar denunciar. Faltan políticas que atiendan el problemaBelén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México, hizo énfasis en la falta políticas públicas que atiendan las necesidades específicas de las mujeres y trabajar conjuntamente en dichos roles.“Hombres y mujeres tienen patrones de movilidad diferentes. Los hombres suelen realizan trayectos escasos y simples de la casa al trabajo y viceversa, las mujeres realizan trayectos numerosos a lo largo del día, suelen ir acompañadas por hijos y cargadas con compras, con carriolas”, señaló.Para la encuesta se entrevistaron a mujeres trabajadoras, indígenas, jóvenes de 15 a 26 años, policías y personas de la sociedad civil.