Cuando llegó al fraccionamiento Colinas del Roble, hace diez años, aquel era un lugar muy tranquilo para vivir, recordó doña Lucía, una vecina de la zona que tiene 66 años de edad. Nada que ver con la situación actual de inseguridad; incluso el pasado jueves encontraron a espaldas de donde vive, detrás de la calle Montes Urales, unas fosas clandestinas donde finalmente hallaron seis cadáveres.Aunque en un principio se indicó que fueron solo cuatro cuerpos, la Fiscalía localizó seis, dos de ellos semienterrados en bolsas, que fueron los reportados inicialmente. Pero a 15 metros de donde estaban estos cadáveres encontraron otros cuatro enterrados, según indicó la carpeta de investigación 102906/2018 de homicidios dolosos.La mujer aseguró que fueron los vecinos los que le pidieron a la Policía buscar a las personas enterradas.“Le digo a mi vecina,' mira, está la tierra removida, debe haber algo', pero me entró miedo y me regresé. Ya cuando encuentran a aquellos dos, nosotros reportamos a la Policía que escarbaran ahí, porque les echaron bolsas de basura encima, y los policías dijeron 'no, no hay nada', riéndose, burlándose de uno”. Sin embargo, accedieron a excavar con los resultados descritos.Doña Lucía recordó que antes el fraccionamiento era tranquilo, pero de tiempo para acá se descontroló. “Ya seguido nos tiran muertos, los que nos sepultaron ayer y luego que hallaron otros más para allá (otra fosa con cuatro cuerpos, el 20 de septiembre), y otros que dejaron más para allá”.La mujer confesó que por las noches se escuchan llamados de auxilio de personas de quienes presume, que se tratan de las víctimas que enterraron en las fosas. Los criminales lo hacen con libertad porque es una zona lejana.“Sí se oye, pero uno no va a salir, lógico que no voy a salir, soy una mujer sola. Imagínese, yo a veces oigo que hasta piden auxilio y clemencia, porque gritan, y como está todo solo”.Verónica Flores, otra de las vecinas, también lamentó que ya son muchos los incidentes violentos cerca de su hogar. “Ya tiene uno miedo de salir a la calle, antes no se escuchaba de eso. A veces sí nos quisiéramos ir. Ojala y hubiera más seguridad porque como estamos aquí hasta lo último, está muy solo”.Doña Lucía también reconoció que ahora vive con temor. “Lo que tengo es miedo, da miedo, ¿en qué país estamos ya viviendo? ¿Qué va a pasar con nosotros? Yo cuando salgo a vender ya no ando a gusto porque cuando menos piensa ya se oyen los balazos para acá, pues córrele para tu casa”.Sugerencia o demanda, los vecinos creen que algunas cámaras de vigilancia inhibirían las acciones de los delincuentes en ese lugar alejado y, por lo visto, preferido para actividades criminales.“Que se pongan las pilas, si son bandas rivales o no a mí no me interesa, no pueden decir, 'ay, se están matando entre delincuentes', nadie puede hacer justicia por su propia mano, creo que para eso hay gobierno porque como quiera que sea son seres humanos. A mí me pesa, sean lo peor del mundo, para eso hay ley”.NM