Luis desapareció en abril pasado. Fue privado de la libertad junto con otras tres personas en Guadalajara. Por semanas, su madre pidió detalles sobre la investigación que llevaba a cabo la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas. No se los dieron.En septiembre supo que el cuerpo de su hijo había sido localizado en una fosa clandestina en San Martín de las Flores. Lo habían exhumado en junio, sus restos fueron hallados en varias bolsas.Aunque para la mujer es un alivio saber que su hijo ya fue localizado, el cuerpo no le ha sido entregado; sus restos se encuentran dentro de los poco más de tres mil segmentos anatómicos a resguardo del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, según las cifras dadas a conocer por el Gobernador en su informe de seguridad el lunes pasado."Como a él lo encuentran en varias bolsas con los restos de otras personas, lo que me dicen es que necesitan que se haga la confronta genética para que estemos 100% seguros que es él. Yo fui esta semana y ahí en el Instituto me dijeron que eso es lento, que puedo ir las veces que quiera pero que me van a estar dando las mismas respuestas", dijo Laura.Hasta ahora hay varias partes de Luis que ya dieron positivo al ADN de su madre, sin embargo, su cuerpo no podrá ser entregado sino hasta que todas las partes hayan sido localizadas y sometidas a la confronta genética. Por ejemplo, hay dos torsos que corresponden a las características de Luis, pero de estos todavía no hay resultados del análisis hecho."Con los tatuajes, con una amalgama que días antes se acababa de poner, que el dentista me hizo favor de mandarme sus radiografías, fueron cosas que me ayudaron para identificarlo. Incluso su pantalón, yo tenía foto de su pantalón que él llevaba porque yo se lo había comprado, siempre cuando le compraba algo le mandaba foto para ver si le gustaba", contó la mujer.Para ella, lo dicho por el Gobernador durante su tercer informe en materia de seguridad respecto de que no hay una crisis forense dentro del IJCF, que hay plena trazabilidad en la identificación de los cuerpos, y que existe una coordinación entre la Fiscalía y el Instituto son declaraciones lamentables, pues la realidad que viven las familias es otra fuera de los datos que dio a conocer."Supuestamente que todo está bien, que tenemos menos desaparecidos que en el 2018 y digo ay no, puras mentiras. Yo así lo veo, ni para qué diga algo mejor", señaló.Erika por su parte tiene a su hermano desaparecido desde agosto de 2020. Diego, de 34 años, fue privado de la libertad mientras se encontraba en su casa ubicada en la colonia Santa Fe, en Tlajomulco. Desde entonces no hay información al respecto, aunque el carro en el cual se lo llevaron apareció en una casa de seguridad días después de la denuncia de su desaparición.Erika va semana con semana al Semefo, y es su hermana quien entra a las instalaciones a revisar las fotografías que se van sumando al archivo del IJCF para ver si en los nuevos segmentos de Personas Fallecidas sin Identificar se encuentran los restos de Diego, aunque hasta ahora no lo han localizado."Dicen que tienen tres mil segmentos pero yo no creo, yo creo que son más, tan sólo este martes que vine vi 100 fotos nuevas, pero ya perdí la cuenta de tantas que he visto. Yo ya no siento nada cuando veo los restos de las personas, como que uno bloquea sus sentimientos y se concentra en identificar las características de su familiar porque hay que elegir el segmento que tiene coincidencias para pedir que le hagan la toma del ADN, si no, no se la hacen", dijo la mujer."Si tuvieran de verdad coordinación como dice el Gobernador ya habría establecido un sistema para que le fueran tomando las muestras de ADN a cada segmento que entra en cuanto ingresa, dejaron que se les juntara todo. ¿Cómo es posible que hasta en las tiendas de abarrotes se tenga el control hasta de los chicles que venden? es injusto todo esto. Solo prolongan nuestro dolor", expresó por su parte Erika.