Este sábado azotó la costa este de Estados Unidos una poderosa tormenta invernal con fuertes nevadas y vientos, provocando caos en el transporte y cortes de luz en una región donde residen 70 millones de personas.Las ciudades de Nueva York y Boston fueron las más afectadas por la tormenta llamada "Kenan", que el Servicio Meteorológico Nacional confirmó que se había intensificado.La autoridad incluso dijo que se convirtió en un "ciclón bomba", que se caracteriza por el poder explosivo de las rápidas caídas de la presión atmosférica.Se prevé que las áreas costeras reciban más de 30 centímetros de nieve y hasta 90 cm en zonas de Massachusetts, donde se reportaron más de 119 mil viviendas sin electricidad.Inncluso en Florida se emitieron alertas de heladas, donde señalaron el riesgo de caída de iguanas -una especie de lagarto que puede pesar hasta nueve kilos- de los árboles debido a que quedan congeladas temporalmente.El alcalde de Nueva York, Eric Adams, pidió a través de Twitter a los ciudadanos quedarse en casa y publicó videos de sus recorridos por diferentes distritos a lo largo del día.Nueva York y Nueva Jersey declararon el estado de emergencia y la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, decretó emergencia por nieve. "Se va a poner bastante feo", señaló Wu en una entrevista televisiva. "Va a ser una tormenta histórica", acotó.Los residentes de Massachusetts se apresuraron ayer a comprar despensa, así como productos para derretir el hielo y la nieve con la intención de ayudar a mantener despejadas las aceras y las entradas de sus casas.La tormenta provocará temperaturas extremadamente frías con rachas de viento peligrosas entre hoy por la noche y el domingo por la mañana, indicó el servicio meteorológico.Unos tres mil 500 vuelos, tanto internos como internacionales, fueron cancelados este sábado en Estados Unidos, según el rastreador de vuelos FlightAware. Unos mil vuelos que tendrían que despegar el domingo también han sido suspendidos.La tormenta llega después de otra similar que cubrió de nieve hace dos semanas gran parte del este de Norteamérica, desde Georgia hasta Canadá, dejando muchos hogares sin luz y perturbando miles de conexiones aéreas.