Un temblor de magnitud 7.8 seguido de otro fuerte terremoto devastó amplias regiones de Turquía y Siria, lo que ocasionó la muerte de miles de personas.El terremoto se produjo a una profundidad de 18 kilómetros y tuvo su epicentro en el sur de Turquía, cerca de la frontera septentrional con Siria, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés).Varias réplicas han sacudido a los dos países desde el primer terremoto. En las primeras 11 horas, la región había registrado 13 réplicas significativas de una magnitud de por lo menos 5, señaló Alex Hatem, geólogo de investigación del USGS.Otro fuerte sismo, de magnitud 7.5, azotó Turquía nueve horas después de la primera sacudida. Aunque los científicos estaban estudiando si se trataba de una réplica, coincidieron en que los dos terremotos están relacionados."Sin duda se prevé que haya más réplicas, dada la magnitud de la sacudida principal", comentó Hatem. "Tenemos previsto que las réplicas continúen en los próximos días, semanas y meses".Según los investigadores, se trató de un terremoto de deslizamiento, en el que dos placas tectónicas se deslizan horizontalmente en sentidos opuestos.La Tierra está dividida en diferentes piezas, "algo así como un rompecabezas", explica Eric Sandvol, sismólogo de la Universidad de Missouri.Esas piezas se encuentran entre sí en las fallas geológicas, donde las placas suelen entrar en fricción una contra otra lentamente. Pero una vez que se acumula suficiente tensión, pueden desplazarse rápidamente en direcciones opuestas, liberando una gran cantidad de energía.En este caso, una placa se movió hacia el oeste mientras que la otra se desplazó hacia el este, sacudiéndose fuertemente entre sí para crear el terremoto, dijo Hatem. Con el paso del tiempo, las réplicas empezarán a disminuir y a ser menos frecuentes, señaló Sandvol.El movimiento telúrico ocurrió en una zona sísmicamente activa a la que se le llama la falla de Anatolia Oriental, que ha producido sismos dañinos en el pasado."Casi toda Turquía está realmente activa desde el punto de vista sísmico", dijo Sandvol. "Esto no es algo nuevo en el país".Turquía fue azotada por otro fuerte sismo en enero de 2020, de magnitud 6.7, que causó daños significativos en el este del país. En 1999, se registró un terremoto de magnitud 7.4 cerca de Estambul y dejó unos 18 mil muertos.El terremoto fue muy fuerte, especialmente para un temblor que sacudió tierra firme. Margarita Segou, sismóloga del Servicio Geológico Británico, explicó que, por lo general, los terremotos muy fuertes se producen bajo el agua.Además, el sismo se produjo cerca de zonas densamente pobladas. El epicentro se ubicó cerca de Gaziantep, una ciudad de gran tamaño y capital de una provincia turca. Las regiones afectadas también albergan edificios vulnerables, comentó Kishor Jaiswal, ingeniero civil del USGS.Si bien los edificios nuevos de ciudades como Estambul se diseñaron teniendo en cuenta las normas antisísmicas modernas, en esta zona del sur de Turquía hay muchos rascacielos antiguos, explicó Jaiswal. La rápida construcción en Siria, sumada a los años de guerra, también podría haber dejado vulnerables las estructuras, añadieron los investigadores.Las autoridades informaron que miles de edificios se desplomaron por el terremoto. Entre ellos había derrumbes en forma de "panqueques", en los que los pisos superiores de un edificio caen directamente sobre los inferiores, señal de que los edificios no pudieron absorber la sacudida, dijo Jaiswal.Las labores de rescate se han visto afectadas por las bajas temperaturas y los embotellamientos de tránsito, estos últimos causados por los residentes que intentaban abandonar las zonas afectadas por el terremoto."Este es el terrible nivel de devastación y destrucción que esperaríamos ver" cuando un fuerte sismo sacude una región con edificios que no han sido reforzados, dijo Ilan Kelman, experto en catástrofes y salud del University College de Londres.