Las protestas de los taxistas españoles contra la proliferación de licencias VTC (vehículos de alquiler con conductor), como Uber o Cabify, mantienen bloqueadas las principales vías de Madrid, Barcelona, con el consiguiente colapso de tráfico en plena temporada turística en ambas ciudades.En Madrid, el Paseo de la Castellana, avenida que recorre la capital de norte a sur, amaneció tomada por unos cinco mil taxis que desde ayer protestan ante la sede del Ministerio de Fomento, donde ayer mantuvieron una reunión con el número dos del departamento.Exigen "algo más de certeza y certidumbre" sobre el futuro del sector y aguardan al resultado de la reunión que responsables del Ministerio español mantendrán hoy con representantes de las VTC.En la Castellana sólo permanece abierto al tráfico un carril por sentido, mientras que los otros ocho carriles siguen ocupados por miles de vehículos cuyos conductores decidieron continuar la protesta de ayer y pasaron la noche juntos en señal de unidad y de presión hacia el Ministerio.Julio Sanz García, presidente de la Asociación Nacional del Taxi, explicó a Efe que con esta presión los taxistas pretenden hacer llegar a Fomento su determinación para que la ley que establece que debe haber una licencia VTC por cada 30 taxis se cumpla "no solo en el papel, sino también en la calle".Entre los miles de taxis blancos madrileños destacan cuatro negros con el techo verde y con banderas portuguesas sobre el capó: dos procedentes de Oporto y otros dos de Lisboa, que viajaron a Madrid para sumarse a la protesta como muestra de solidaridad.Uno de los conductores portugueses explicó a Efe que ayer un centenar de taxistas hicieron una marcha hacia Lisboa para apoyar a los compañeros españoles y también para lanzar un mensaje al Gobierno portugués para que esté alerta "porque lo mismo que está ocurriendo en España puede ocurrir en Portugal".Mientras, en la estación de Atocha, a donde llegan y de donde salen los trenes de alta velocidad, sigue sin haber taxis, más allá de unos 20 vehículos preparados para ofrecer servicios mínimos a ancianos, familias con niños pequeños o personas de movilidad reducida, a los que trasladan gratis a sus destinos.