El número de víctimas mortales por el terremoto y tsunami que golpearon la isla indonesia de Célebes se elevó a 420, mientras que los heridos son al menos 540. En la ciudad de Palu, los cadáveres comenzaron a ser apilados cerca del mar a un costado de coches y construcciones destrozadas en una zona que reflejaba la violencia de la ola que golpeó la localidad tras el sismo. La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que hasta ayer no había mexicanos afectados. Con demasiado miedo para dormir en sus casas, los residentes acamparon afuera en la oscuridad mientras las víctimas narraban historias de cómo fueron separadas de sus familiares un día después de que un sismo desencadenara un tsunami y provocara olas que alcanzaron los seis metros de altura, matando a cientos de personas en la isla indonesia de Sulawesi.La cifra oficial de muertos se mantenía en 420 y todos los fallecidos estaban en la ciudad de Palu, pero se espera que el número aumente una vez que los rescatistas lleguen a las zonas costeras, dijo Sutopo Purwo Nugroho, vocero de la agencia de desastres. Otras personas estaban desaparecidas, agregó, aunque no dijo cuántas. Las ciudades cercanas de Dongala y Mamuju también fueron devastadas, pero había poca información disponible debido al daño en las rutas de acceso y los sistemas de comunicación.Nugroho dijo que “decenas y cientos” de personas participaban en un festival en una playa de Palu cuando se suscitó el tsunami el viernes. Se desconoce su paradero.Centenares de personas lesionadas fueron llevadas a hospitales, dañados por el sismo de magnitud 7.5 grados.Algunos de los lesionados, incluido Dwi Haris quien sufrió de fractura de hombro y espalda, reposaba afuera del Hospital Militar de Palu, donde los pacientes eran atendidos al exterior debido a las fuertes y continuas réplicas. Narró cómo sintió el violento temblor en el quinto piso del cuarto de hotel que compartía con su esposa e hija.“No hubo tiempo de salvarnos. Creo que me quedé atrapado entre los escombros de la pared”, dijo Haris, y agregó que la familia estaba en el pueblo para una boda. “Escuché a mi esposa pedir ayuda, pero luego silencio. No sé qué les sucedió a ella o a mi hija”.Los socorristas intentaban llegar a las zonas más alejadas mientras que la población carecía de productos básicos para la supervivencia. Muchos esperaban en fila por agua potable o comida. México expresó condolencias y solidaridad con el pueblo y Gobierno de Indonesia, por la pérdida de vidas humanas y devastadores efectos del sismo de magnitud 7.5 que se registró en aquél país y que generó un tsunami. A través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Gobierno mexicano hizo votos por la pronta recuperación de las zonas afectadas a consecuencia de los dos fenómenos.La ciudad más golpeada en Indonesia fue Palu, la capital provincial con una población de más de 380 mil personas. Estaba salpicada de escombros de inmuebles que colapsaron. El agua de mar se adentró y dejó parcialmente sumergida una mezquita que ya había resultado dañada por el sismo. Un centro comercial quedó reducido a escombros y un puente quedó derrumbado. Los cadáveres quedaron cubiertos parcialmente con mantas y un hombre cargaba a un niño muerto entre los escombros.