El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, aseguró que por ahora no se dan las condiciones para el retorno a Birmania de los rohinyás refugiados en Bangladesh.Según Grandi, por el momento siguen dándose las situaciones que motivaron su huida y no ha habido avances relevantes para remediar la exclusión que sufre en el país esta minoría musulmana.El responsable de Naciones Unidas, en una comparecencia por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad, insistió sin embargo en que preservar su derecho al retorno debe ser una "prioridad central".Birmania y Bangladesh han alcanzado un acuerdo para la futura repatriación de los refugiados rohinyás, un proceso que según dijeron este mes deberá completarse en el lapso de dos años desde el momento en que comience el regreso.Unos 688 mil rohinyás han escapado al país vecino desde que el pasado agosto se desató la crisis en el estado birmano de Rakáin, con una gran operación del Ejército en respuesta a un ataque de un grupo insurgente.Según Grandi, aunque mucho más reducido, el movimiento de población continúa y este mes unos mil 500 refugiados han llegado a Bangladesh."Responder a las raíces de la indignante violencia y discriminación sistemática que ha llevado a cientos de miles de personas lejos de sus casas repetidamente durante décadas, y lograr soluciones para la actual crisis, requerirá apoyo sustancial tanto a Birmania como a Bangladesh", dijo a los miembros del Consejo de Seguridad.Ello empieza, destacó, por la gran "emergencia" que se avecina con el inicio del monzón en marzo, dado que la ONU estima que unos 100 mil refugiados están viviendo en áreas con peligro de inundaciones y corrimientos de tierra.Según Grandi, el Gobierno de Bangladesh está preparándose, pero también es necesaria ayuda internacional para "evitar una catástrofe".Mientras tanto, la situación en el estado de Rakáin sigue siendo difícil, con episodios de violencia e intimidación contra la población rohinyá y con importantes limitaciones al suministro de ayuda humanitaria, dijo hoy el subsecretario general para Asuntos Políticos de Naciones Unidas, Miroslav Jenca.Las potencias occidentales del Consejo de Seguridad, que ya en el pasado denunciaron una posible "limpieza étnica", insistieron hoy en que las autoridades birmanas deben hacer más y que los militares responsables de la violencia en Rakáin deben rendir cuentas.Además, reclamaron la liberación de dos periodistas de la agencia Reuters detenidos en el país cuando investigaban supuestas masacres.Mientras, China y Rusia defendieron que la crisis birmana está bajo control y respaldaron en general la gestión de las autoridades del país.NM