En una noche más ajustada de lo esperado, Estados Unidos cerró la jornada de sus elecciones más tensas en décadas sin un resultado claro y el veredicto final podría demorar días o incluso semanas en conocerse.Todo porque todavía hay nueve estados en los que no se ha proyectado un claro ganador: Alaska, Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Maine, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin."Donald Trump ya cantó victoria y acusó a sus opositores de estar preparando un fraude electoral. Sin embargo, ese todavía no es el caso", destaca el corresponsal de la BBC en EE.UU. Anthony Zurcher."Todavía hay millones de votos emitidos legalmente en proceso de recuento", recuerda.Efectivamente, las condiciones particulares de estos comicios -celebrados en medio de una pandemia y con un número récord de votos por correo- retrasaron el conteo en varios estados.Y estos retrasos, que eran esperados, se suman a otros que resultan de la diferencia horaria y una contienda cerrada en la que cada voto cuenta.Pero ¿qué necesitan entonces Joe Biden o Donald Trump para hacerse con la presidencia?Las encuestas previas a los comicios sugerían resultados que iban desde una cómoda victoria de Biden a una estrecha victoria de Trump, pero un triunfo claro ya está completamente descartado."Cualquier victoria será estrecha. Es solo una cuestión de quién, cómo y cuánto tiempo falta para que lo sepamos", asegura Zurcher."Y todo dependerá de un puñado de estados: Arizona, Georgia, Wisconsin, Michigan y Pensilvania", agrega.Como explica Zurcher, por el momento Arizona parece estarse inclinando hacia Biden, quien también marcha a la cabeza en Nevada.Y eso significa que el demócrata tendría que ganar dos de los tres estados del llamado "cinturón de óxido"que todavía están por definirse -Wisconsin, Michigan y Pensilvania- para asegurar la victoria.Pero también podría reemplazar uno de ellos por Georgia o Carolina del Norte.De no conseguirlo, la victoria sería casi definitivamente para Trump.Pero ¿cuáles son las probabilidades de ambos candidatos?A continuación hacemos un repaso a la actual situación en los estados en los que aún no se proyectó ganador y su posible impacto en el resultado final.Todo indica que tres territorios del que fuera el corazón de la industria estadounidense en el siglo XX, de glorioso pasado e incierto futuro, volverá a definir las elecciones presidenciales.Wisconsin, Michigan y Pensilvania (con 10, 16 y 20 votos electorales) abrieron las puertas de la Casa Blanca a Donald Trump hace cuatro años, por tan solo unos 80.000 votos en conjunto y menos de 1% de ventaja en cada uno; y todo apunta a que la reelección del mandatario quedará también en sus manos.Como ya explicamos, si Biden confirma su ventaja en Arizona y Nevada solamente necesita triunfar en dos de estos tres estados para llegar a la presidencia.Y aunque por el momento solamente le lleva ventaja a Trump en uno -Wisconsin- se da por sentado que la mayoría de votos por contar en Michigan y Pensilvania también favorecerán al candidato demócrata, tal vez lo suficiente como para darle la victoria definitiva.El escrutinio de los votos en estos tres estados, sin embargo, se podría alargar mucho.Algunos estados empezaron a contabilizar el voto por correo y anticipado antes del día de las elecciones, agilizando el proceso, pero en Wisconsin, Michigan y Pensilvania las autoridades no permitieron iniciar el escrutinio hasta la mañana de la jornada electoral o después del cierre de urnas."Duerman un poco. Tuvimos un día electoral exento de problemas. Los votos se han emitido. Sus autoridades locales electorales están trabajando para contar los votos. Como llevamos diciendo meses: estas elecciones se terminarán cuando todos los votos admisibles sean contabilizados. Calma", escribió el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, en Twitter, hacia la medianoche."Todavía tenemos más de un millón de boletas por correo para contar en Pensilvania. Les prometí a los residentes de Pensilvania que contaríamos cada voto y eso es lo que vamos a hacer", tuiteó el gobernador del estado, Tom Wolf, en horas de la madrugada.Por si eso fuera poco, Pensilvania también acepta votos que lleguen por correo hasta el 12 de noviembre -siempre que hayan sido sellados antes de o en el mismo día 3-, por lo que si la carrera sigue ajustada, habrá que esperar días para conocer el resultado final.Michigan, por su parte, advirtió explícitamente que finalizar el escrutinio podría tomarle hasta el viernes, aunque Bloomberg informó que los resultados finales llegaría este miércoles por la tarde.Arizona es otro de los estados en los que aún no se proyectó ganador, y que puede inclinar la balanza, con 11 votos electorales.El bastión republicano, que desde 1952 solo votó una vez por un candidato demócrata (Bill Clinton, en 1996), pasó a estar en disputa estas elecciones, y tanto AP como Fox News ya lo declararon a favor de Biden.Pasada la medianoche, sin embargo, el gobernador de Arizona, Doug Ducey, señaló en Twitter que todavía era "muy pronto" para declarar ganador en el estado."No se han reportado la totalidad de los votos del día de las elecciones, y ni siquiera hemos empezado a contabilizar los votos anticipados que se dejaron en los centros electorales", explicó."Contemos los votos —todos los votos— antes de hacer anuncios", pidió.En la noche de las elecciones, otros estados cruciales también sufrieron retrasos y se espera que sigan contabilizando, aunque su conteo de votos está más avanzado.Uno de ellos es Georgia, bastión republicano desde 1972, y que por un problema técnico decidió que retomaría el conteo el miércoles, cuando el escrutinio estaba al 87% y le daba una ventaja a Trump del 5,3%.El presidente ganó Georgia en 2016 por 5,1% y los cambios demográficos que ha experimentado, con una sociedad más diversa, le llevó este año a ser considerado "estado péndulo".Otro de los territorios cruciales es Carolina del Norte, del que se esperaba que fuera uno de los primeros en publicar sus resultados. En su caso, llegó al 95% escrutado, con una ventaja de 1,4% para Trump, pero no fue declarado ningún ganador.Firme bastión republicano antes de que el expresidente Barack Obama lo ganara en 2008 por un pequeño margen, el estado se caracteriza por ciudades con grandes comunidades de votantes afroestadounidenses, profesionales moderados y universitarios, pero también importantes zonas rurales, blancas y conservadoras.Trump ganó en Carolina del Norte en 2016 por casi un 4% después de que Obama lo perdiera en el camino a la reelección en 2012.Pero si una vez que se cuenten todos los votos Biden logra recuperarlo para los demócratas -o si gana en Georgia, habiendo en ambos casos mantenido su ventaja en Arizona y Nevada- para llegar a la presidencia le podría bastar ganar en uno de los estados del ya mencionado "Cinturón de óxido".Todas las otras combinaciones le darían la reelección a Trump, quien sigue siendo el favorito para imponerse en estos dos estados.Nevada (6 votos electorales) y Alaska (3) en la costa oeste, y Maine (con 4 votos) en la costa este, son los tres últimos estados en los que no se ha proyectado un ganador.En las últimas cinco elecciones presidenciales desde 2000, Maine votó por el candidato demócrata, aunque el ganador en ese estado no necesariamente se lleva todos los votos electorales y en 2016, Trump sumó uno en ese estado.Y todo sugiere que la historia se repetirá este año: con el 73% de los votos contados Biden marcha a la cabeza en Maine con un 54,6% de las preferencias, lo que de confirmarse le garantizaría tres de los cuatro votos electorales en disputa.Nevada, por su parte, es un estado que ha cambiado mucho de voto: apoyó al demócrata Bill Clinton en los 90, luego al republicano George W. Bush, posteriormente al demócrata Barack Obama y finalmente a Hillary Clinton en 2016.En este territorio, con el 85% de los votos contados, Biden supera a Trump en menos de un punto porcentual, y una derrota para el candidato demócrata le complicaría el panorama.The New York Times reportó que el estado actualizará resultados hasta el jueves.En Alaska, por su parte, Trump lleva una cómoda ventaja, de casi el doble de preferencias, pero con solamente el 36% de los votos escrutados.Así las cosas, lo que alguna vez fue un escenario de pesadilla está tomando forma, con Biden afirmando que está en el camino hacia la victoria y Trump lanzando acusaciones infundadas de fraude electoral y robo electoral."Es una receta para el resentimiento y una batalla judicial prolongada, que terminará con los partidarios del bando perdedor sintiéndose enojados y engañados", advierte Zurcher.Y como explica nuestro corresponsal, aunque aún no se conocen los resultados finales, lo que ya está claro es que Estados Unidos sigue siendo una nación profundamente dividida."Los votantes estadounidenses no repudiaron a Trump de manera significativa. Tampoco le dieron el tipo de respaldo rotundo que el presidente había esperado", explica."En cambio, las líneas de batalla están trazadas y la guerra política continuará sin importar quién gane", concluye.***Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.