El ex primer ministro británico Boris Johnson —que se vio obligado a dejar el puesto por escándalos de ética hace sólo tres meses— competía ayer para regresar al puesto en sustitución de Liz Truss, cuya rápida caída sumió al país en el desconcierto en un momento de grandes desafíos económicos.El Partido Conservador ordenó una contienda sumamente veloz en la que se pretende concluir con las nominaciones el lunes e instalar en cuestión de una semana a un nuevo primer ministro, el tercero este año.Johnson no ha declarado públicamente que desee postularse, pero un aliado político que habló con él le dijo a Sky News que él está “dispuesto”, y los corredores de apuestas lo consideran uno de los favoritos para ganar la contienda.Si Johnson regresa, representaría una recuperación sorprendente para una figura polarizante que se vio obligada a dejar el puesto por un maremágnum de escándalos de ética. Los opositores dicen que darle otra oportunidad sólo conducirá a más controversias y decepciones.La incertidumbre en el liderazgo del país ocurre en un momento de crecimiento económico débil en el que millones de personas pasan apuros debido a un incremento en el costo de los préstamos y en los precios de los alimentos, el combustible y otros artículos básicos. Una creciente ola de huelgas por parte de trabajadores ferroviarios y postales, abogados y otros ha sacado a relucir un creciente descontento con la economía, la cual enfrenta una amenaza de recesión.El secretario del Tesoro, Jeremy Hunt, que asumió el cargo la semana pasada, ha revertido la mayoría del programa de Truss y ha prometido que la deuda comenzará a caer como porcentaje del producto interno bruto en los próximos años.Eso ha estabilizado los mercados financieros luego de que los planes de Truss hicieran que la libra se desplomara a mínimos históricos, amenazaran la solvencia de algunos fondos de pensiones y empujaran los costos de préstamos para el gobierno y para millones de dueños de viviendas. La deuda del Gobierno británico subió a su mayor nivel en casi 60 años el mes pasado y las ventas minoristas cayeron, resaltando la magnitud de los retos que enfrentará quienquiera que reemplace a la primera ministra Liz Truss luego de que su gobierno implosionó bajo el peso de su plan financiero.La deuda pública subió a 98% de la producción económica en septiembre, cuando una inflación disparada aumentó los pagos de intereses sobre lo que debía el Gobierno, informó ayer la Oficina de Estadísticas Nacionales. Es el nivel más elevado desde 1963, cuando Gran Bretaña seguía pagando deudas acumuladas durante la II Guerra Mundial.Profundizando el pesimismo estuvieron cifras que mostraron que las ventas minoristas cayeron por segundo mes consecutivo y están ahora 1.3% por debajo de los niveles prepandemia.“Las cifras de deuda pública de hoy, más débiles de lo esperado… son un recordatorio de que, en medio del torbellino político actual, la dura tarea que enfrenta el Gobierno de demostrar su credibilidad fiscal está inmediatamente delante, en lugar de estar atrás”, alertó James Smith, director de investigaciones en Resolution Foundation, un centro de estudios especializado en la mejoría de los estándares de vida para las personas de ingresos bajos y medios. Johnson, de 58 años, aún es tenido en alta estima por algunos conservadores, que lo consideran una persona capaz de ganar votos con un inusual toque de hombre común, mismo que llevó al partido a un gran triunfo electoral en 2019. Es más popular entre las bases del partido que entre los legisladores, y algunos lo desprecian por el caos y los escándalos que afectaron su mandato.“El tener a un triunfador es lo que el partido necesita para sobrevivir”, dijo Nadine Dorries, aliada de Johnson, a Sky News.Johnson logró sacudirse fallas que habrían hundido a muchos políticos. Sobrevivió incluso después de que la policía lo multó por acudir a una serie de fiestas ilegales en edificios gubernamentales mientras Gran Bretaña se encontraba bajo confinamiento, hasta que finalmente renunció luego de muchos escándalos.El ex dirigente conservador Michael Howard imploró al partido que no vuelva al “psicodrama” de la era Johnson.Algunos legisladores conservadores han amenazado incluso con abandonar el partido si Johnson vuelve a ser líder. Voz del experto Andrew Mycock, politólogo de la Universidad de HuddersfieldLa actual inestabilidad política en el Reino Unido, país que siempre se ha jactado de contar con “la madre de todos los Parlamentos” (por la Cámara de los Comunes), puede pasarle también factura en sus relaciones exteriores.El politólogo Andrew Mycock, de la Universidad de Huddersfield, dijo que “es probable que vaya a más el papel decreciente del Reino Unido en el escenario mundial” y haya más incertidumbre sobre “el bienestar económico y financiero del país”.Respecto al candidato mejor situado para calmar los mercados, el experto dijo que el ex ministro de Economía Rishi Sunak es visto tal vez como “el candidato que pueda restaurar la reputación económica del Reino Unido en términos de formulación de políticas sólidas”.Como escolares en estado de rebeldía permanente, los diputados conservadores británicos buscan otra vez a un nuevo líder que les permita seguir en el poder tras los comicios de 2024, a pesar de las profundas divisiones en las que está sumido el partido y la crisis por la que atraviesa el Reino Unido.La rebeldía del “rebaño”, como definió en su día el ex primer ministro Boris Johnson a los diputados “tories”, llega en momentos de una difícil crisis económica en el país, con una inflación interanual del 10%, el incremento de los precios energéticos, el alza de los tipos de interés y una inminente recesión. CT