El pasado sábado la nación musulmana del Sudeste Asiátco, Brunéi anunció que ese mismo día entró en vigor un nuevo código penal, basado en castigos de la ley islámica o sharia, que van desde la lapidación o la mutilación de extremidades.La reforma legislativa supone consumar el giro conservador de este país gobernado con puño de hierro por el sultán Hassanal Bolkiah, quien ejerce de máximo representante del islam en el país.La oficina del primer ministro, puesto ocupado por el sultán -a sus 72 años afamado por una vida opulenta y varios escándalos amorosos-, anunció el sábado la medida con un breve comunicado donde apunta que la sharia ayudará a mantener "la paz y el orden" y tiene como objetivo "educar, respetar y proteger los derechos legítimos de todos los individuos de cualquier raza y fe".La sharia es la ley islámica, que forma parte de la fe surgida del Corán y los hadices, los dichos y acciones del profeta Mahoma.Su aplicación en la actualidad es objeto de disputa entre musulmanes conservadores y liberales, aunque algunos aspectos son ampliamente aceptados, como su aplicación al sistema bancario.El nuevo Código Penal incluye la lapidación por delitos homosexuales y adulterio; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profeta Mahoma y la apostasía; y la flagelación por aborto, entre otras.La nueva legislación se aplicará principalmente a los ciudadanos que profesen la fe musulmana, quienes representan el 70 por ciento de la población del sultanato (unos 300 mil bruneanos), aunque en algunos casos también se utilizará con extranjeros o fieles de otras creencias, en su mayoría budistas y cristianos."Para la mutilación de extremidades en caso de robo, el castigo se aplica independientemente de si la persona es musulmana o no".Esta polémica ley se práctica en varios países, aunque con sus variaciones, tales como Arabia Saudita, Afganistán, Pakistán, Nigeria, Sudán, Catar y la provincia indonesia Aceh, donde las palizas públicas son comunes para ofensas como las apuestas, el consumo del alcohol, el adulterio y la homosexualidad y cuentan con un amplio apoyo entre la población.La alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, señaló esta semana que la aplicación de estas leyes "supondría un serio retroceso de los derechos humanos en Brunéi"."El nuevo Código Penal es brutal en su núcleo al imponer estos arcaicos métodos de castigo a actos que no deberían ser considerados crímenes", declaró hoy Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.Por su parte, Matthew Woolfe, fundador de la organización The Brunei Project, señaló que los cambios en el ordenamiento penal crean miedo y ansiedad entre los habitantes, muchos de los cuales no se atreven a hablar o lo hacen bajo condición de anonimato.Aunque el actual Código Penal ya contempla la pena de muerte, Brunéi no ha realizado ninguna ejecución desde 1957.Los no musulmanes ya tenían prohibido desde 2014 utilizar 19 palabras islámicas, incluido "Alá", y son sancionadas la impresión, divulgación, difusión y la distribución de las publicaciones contrarias a la enseñanza islámica.La homosexualidad ya era ilegal en el sultanato, mientras el delito por vestir ropa clasificada como indecentes acarrea una pena de hasta seis meses de cárcel, y el consumo del alcohol en lugares públicos se castiga con hasta los dos años de prisión.Brunéi cuenta con un sistema jurídico doble que combina los tribunales civiles, basados en las leyes británicas -el sultanato fue protectorado británico hasta 1984-, y las islámicas.Con información de AFPGC