El gobierno iraquí desplegó ayer tropas en Bagdad tras un intento fallido de asesinato con drones armados contra la residencia del primer ministro. El ataque aumentó de forma considerable las tensiones desencadenas por el rechazo de las milicias con apoyo iraní al resultado de las elecciones parlamentarias del mes pasado.Siete de los guardias de seguridad del primer ministro, Mustafa al-Kadhimi, resultaron heridos en el ataque con al menos dos drones armados en la fortificada Zona Verde de Bagdad, según dos funcionarios iraquíes. Hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones oficiales.Al-Kadhimi salió ileso. Más tarde apareció en la televisora iraquí, sentado tras un escritorio con una camisa blanca, con actitud tranquila y centrada. Su mano izquierda parecía vendada. Un asesor confirmó que había sufrido un pequeño corte.“Los ataques con drones y cohetes cobardes no construyen patrias y no construyen un futuro”, dijo. Más tarde el domingo recibió al presidente de Irak, Barham Salih, y dirigió una reunión de seguridad del gobierno. Los residentes de Bagdad oyeron una explosión e intensos disparos desde la Zona Verde, donde hay oficinas del gobierno y embajadas extranjeras. Imágenes publicadas por las autoridades mostraban los daños en la residencia de Al-Kadhimi, incluidas ventanas reventadas y puertas arrancadas de sus goznes.Nadie reivindicó el ataque, aunque las sospechas cayeron de inmediato sobre milicias con apoyo iraní, que han atacado públicamente al mandatario y hecho amenazas.MQ