Unos 4 mil 500 kilómetros cuadrados de selva devastada de la Amazonía brasileña pueden ser quemados este año en Brasil, provocando más incendios tras la crisis ambiental de 2019, según un estudio divulgado este lunes por una ONG.El área talada será quemada a finales de junio para dar nuevo usos a la tierra, lo que además de las amenazas de incendios, producirá gigantescas humaredas que causarán enfermedades respiratorias, agravando la crisis hospitalaria ya complicada en la Amazonía por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.Si la tala de árboles continúa al ritmo actual, ya no serán unos 4 mil 500 kilómetros cuadrados de tierra lista para la quema, sino el doble, lo que originaría una "tormenta perfecta" en la mayor selva tropical del mundo, según el informe de la organización no gubernamental Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipam)."La Amazonía brasileña pronto puede verse afectada por una 'tormenta perfecta'. Una eventual interacción entre la pandemia de la COVID-19 y el aumento de la deforestación seguida de incendios tendrá el potencial de causar más muertes en la región", señala el estudio.De acuerdo con los expertos, a finales de junio comienza la estación más seca y ardiente de la Amazonía, que para este año puede incluso ser más fuerte que la que golpeó 2019.En esta época es cuando empiezan las quemas en a Amazonía, que para este año se estima abarcarán 4 mil 509 kilómetros cuadrados de selva (el área que ha sido deforestada hasta el momento).Este tipo de acciones generalmente es promovida por grandes hacendados que fomentan la deforestación de la selva para dar un nuevo uso a esas tierras y volverlas cultivables o convertirlas en pastizales para la ganadería.No obstante, "si la tasa de deforestación en los próximos meses de 2020 sigue siendo la misma que en 2019, es posible que tengamos el doble del área para quemar", aseguran los investigadores, es decir, unos 9 mil kilómetros cuadrados de selva amazónica.