Varias ONG y organizaciones de defensa de derechos humanos pidieron a Google abandonar su proyecto de desarrollar una versión de su motor de búsqueda adaptado a las exigencias de censura en China, lo que permitiría al grupo reinstalarse en el país.El proyecto del motor de búsqueda, bautizado “Dragonfly”, “representaría una capitulación alarmante de Google respecto a los derechos humanos”, escribieron 14 asociaciones, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras, en una carta abierta.Ante la censura y los ciberataques, el gigante californiano se retiró de China en 2010, pero no abandonó completamente ese mercado. Google cuenta con tres oficinas y 700 empleados en China, donde obtiene beneficios en materia de publicidad.Ahora está probando un motor de búsqueda conforme a las exigencias de las autoridades chinas, lo que suscitó críticas de militantes de derechos humanos y de los propios empleados. “Google corre el riesgo de convertirse en cómplice del Gobierno chino en la represión de la libertad de expresión”, denunciaron las asociaciones.