El presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, intentó frenar la escalada mundial de críticas hacia ese país con un decreto para poner fin a la separación de los niños migrantes de sus padres en su Frontera Sur, pero no resuelve la situación de los más de dos mil 300 menores que ya han sido alejados de sus papás.En lugar de separar a sus padres al cruzar la frontera, a partir de ayer los niños indocumentados serán retenidos junto a sus familiares en centros de detención de inmigrantes, según la orden firmada por Trump.“No me gustaba ver a las familias separadas ni los sentimientos que eso provoca”, aseguró Trump al signar el decreto y a pesar de que en los últimos días defendió que el único que podía acabar con la separación era el Congreso de ese país.La política de “tolerancia cero” contra la inmigración ilegal de EU lleva a presentar cargos criminales contra cualquier adulto que cruza ilegalmente la frontera y el inicio de ese proceso por la vía penal obligaba a separarlos de los niños con los que hubieran viajado.Pero Trump no quiso acabar con esa política que ha confinado al menos dos mil 342 niños de sus padres desde mayo y, en cambio, optó por ordenar que ingresen juntas las familias a centros de detención de inmigrantes u otras instalaciones.El decreto abre incluso la posibilidad de que se detenga a inmigrantes en bases militares si es necesario, algo que se rumoraba desde mayo y para lo que se están considerando, según informes de prensa, tres instalaciones en Texas y una en Arkansas.El decreto de Trump, por otra parte, no resuelve la situación de los niños que ya han sido separados, porque el Gobierno no planea facilitar la reunificación familiar.Médicos y abogados que han visitado los albergues en el valle de Río Grande dijeron que las instalaciones están en buenas condiciones y son limpias y seguras, pero indicaron que los niños, quienes no tienen idea de dónde están sus padres, estaban histéricos, llorando y portándose mal para tratar de expresar sus emociones.Los infantes pueden presentar estrés postraumático, ansiedad y depresión, dijeron especialistas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.Sobre la firma de Trump, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, la reconoció como una buena noticia.Las políticas anti inmigrantes del presidente estadounidense, Donald Trump, se convirtieron en un escándalo internacional. Sin embargo, son consecuencia de un proyecto de ley presentado por George W. Bush y continuado por Barack Obama.De acuerdo con las nuevas medidas migratorias, todos los fiscales de Estados Unidos (EU) debían presentar cargos criminales contra cualquier inmigrante que cruce irregularmente la frontera y deben, por tanto, ser encarcelados y separados de los niños con los que viajan.La decisión es fruto de una directiva del fiscal general de Trump, Jeff Sessions, que fue emitida a comienzos de abril y que fue anunciada oficialmente el pasado mes de mayo.Anteriormente, el Gobierno presentaba cargos por la vía civil contra los inmigrantes irregulares, lo que les permitía ser puestos en libertad hasta que los jueces tramitaran sus peticiones de asilo y no eran separados de sus hijos.En 2005, el entonces presidente George W. Bush, puso en marcha la operación “Streamline”, primero en Texas y luego en otras zonas limítrofes, que buscaba procesar por la vía criminal a los inmigrantes llegados ilegalmente, con la excepción de las familias con menores.Ese plan es considerado el germen de las políticas de “tolerancia cero” de Trump y fue empleado parcialmente por el ex presidente Barack Obama hasta 2014.Hasta el giro de Trump, las Administraciones habían cumplido con un acuerdo, conocido como “Flores”, al que llegó el Gobierno con dos organizaciones humanitarias en 1997 y que establece que los menores no acompañados detenidos en la frontera solo pueden ser privados de libertad durante 20 días.Bajo el segundo mandato de Obama fue cuando se planteó separar a las familias mediante el procesamiento criminal de los inmigrantes irregulares, pero finalmente se desechó la idea.En 2017, el entonces secretario de Seguridad Nacional y actual jefe de gabinete del mandatario, John Kelly, retomó la idea y aseguró que consideraba esas separaciones con objetivo disuasorio.Según medios estadounidenses, el Departamento, ya bajo la batuta de la actual secretaria, Kirstjen Nielsen, lleva probando desde octubre la ejecución de estas prácticas, pero no fue hasta abril cuando empezaron a aplicarse en la frontera Sur.De acuerdo al Gobierno, entre el 5 mayo y el 9 de junio, un total de dos mil 235 familias y cuatro mil 548 personas han sido separadas por las autoridades en este contexto.De esas personas, dos mil 342 son niños que han pasado a ser considerados no acompañados y dos mil 206 adultos, quienes serán procesados por la vía criminal debido al cruce fronterizo.EFE