El gobierno del presidente Donald Trump, parece no ceder a las críticas internas y externas contra el anuncio de que impondrá aranceles a las importaciones de acero y aluminio, al afirmar el domingo que el mandatario no prevé exentar a ningún país de esta enérgica medida.En declaraciones al programa “State of the Union” de la CNN, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, dijo: “Por el momento ningún país está excluido”.El anuncio de Trump del jueves de que impondrá aranceles de 25 y 10% a las importaciones de acero y aluminio respectivamente agitó los mercados, irritó a los aliados y aumentó las perspectivas de una guerra comercial. Aunque la medida estuvo dirigida contra China, también abarcará importaciones considerables procedentes de Canadá, México, Corea del Sur, Japón y la Unión Europea.El Pentágono ha recomendado que Trump solo aplique los aranceles de manera selectiva para no molestar a los socios de Estados Unidos en el extranjero. Sin embargo, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo el domingo que el presidente no obrará de esa manera.“Se trata de un escobillado bastante amplio”, declaró Ross al programa “This Week” de la ABC. Ross rechazó las amenazas de los aliados de que adoptarán represalias y las describió como “sumamente frívolas”.Pocos temas podrían borrar las líneas del partidismo en la era de Trump en Washington y el comercio es una de ellas.Los sindicatos y los demócratas liberales han asumido la postura inusual de aplaudir la posición de Trump, mientras que los republicanos y diversos grupos empresariales advierten de terribles consecuencias económicas y políticas si el mandatario sigue adelante con los aranceles.Las políticas comerciales a menudo traspasan las líneas regionales más que las ideológicas cuando los políticos reflejan los intereses de las industrias y los trabajadores locales. Sin embargo, rara vez una controversia genera una escisión tan grande entre un presidente y su partido, y entonces el gobernante se queda casi exclusivamente con el apoyo de sus rivales ideológicos.“Que bien, por fin”, dijo el senador demócrata progresista Sherrod Brown al aplaudir la medida de Trump. El senador demócrata Bob Casey, que ha exigido la renuncia de Trump, estuvo de acuerdo.“Exhorto al gobierno a que prosiga y adopte medidas enérgicas para garantizar que nuestros trabajadores puedan competir en una cancha pareja”, afirmó Casey en un tuit.Este momento de alianza inusual era previsible dese hace mucho tiempo.GC