La agencia para la infancia de Naciones Unidas (Unicef) alertó hoy de que las necesidades humanitarias para los niños en Sudán del Sur, que viven una guerra civil que dura cuatro años, son "masivas".En un comunicado, la directora ejecutiva en Unicef, Henrietta H. Fore, aseguró que "los combates no muestran signos de disminución y las necesidades humanitarias son masivas: 2.4 millones de niños se han visto obligados a huir de sus hogares y más de un cuarto de millón de niños están gravemente desnutridos y en riesgo inminente de muerte".La responsable estadounidense dijo, tras una visita de dos días en el país africano, que "el impacto de la implacable violencia ha sido devastador"."Conocí a una madre que tuvo que caminar durante días para recibir tratamiento para su bebé desnutrido. Hablé con un niño que se vio obligado a unirse a un grupo armado con 10 años", citó entre otros testimonios que ha recogido.Sin embargo, también indicó que "en medio del horror" ha visto "signos de esperanza", pues conoció a un niño que era soldado y que regresó a la escuela y que ahora aspira a ser médico, o a dos hermanos que se reunieron con su madre después de cuatro años, aunque -precisó- "esto está lejos de ser suficiente".Según los datos de Unicef, "más de 19 nil niños han sido reclutados en el conflicto, al menos una de cada tres escuelas han sido dañadas, destruidas, ocupadas o cerradas" y se han documentado más de mil 200 casos de violencia sexual contra niños."A medida que entramos en la estación seca, las necesidades y amenazas continuarán creciendo. Ya estamos viendo un aumento en el número de niños y familias que buscan ayuda en los campamentos de desplazados y nos preocupa que nuestra financiación no pueda seguir el ritmo", apuntó.Recordó además que Sudán del Sur es "el lugar más peligroso del mundo para los trabajadores humanitarios", ya que 28 cooperantes fueron asesinados el año pasado en el país.El conflicto en Sudán del Sur estalló en diciembre de 2013 entre las fuerzas del presidente, Salva Kiir, de la etnia dinka, y las de su ex vicepresidente, Riek Machar, de la tribu nuer, y ambas partes alcanzaron un acuerdo de paz en 2015 que llevó a la creación de un Gobierno de unidad, pero en 2016 rebrotó la violencia.Un nuevo acuerdo de cese de hostilidades entró en vigor el pasado 24 de diciembre, pero desde entonces el Gobierno ha denunciado que han continuado los ataques y se han formado nuevos grupos armados. NM